Beisbolista profesional durante 22 años; 15 de éstos en los Diablos Rojos del México, en el que participa en más de 1,700 juegos, consume más de 6,500 turnos al bat y conecta 1,904 jits. Con este equipo es campeón en 1968, 73, 74 y 79, y en la temporada invernal 1978-79 con los Mayos de Navojoa en la Liga del Pacífico.
Además de magnífico segunda base, El Abulón batea .293 de porcentaje; de su carrera, algunas de sus marcas duran más de 20 años en ser rotas. Su signo distintivo es el de no poncharse: de cada 100 veces que batea, sólo lo ponchan 5 y, en este renglón, tiene estadísticas casi increíbles: en 1980, por ejemplo, en 88 juegos únicamente es ponchado en 7 turnos al bat.
De 1989 a 85 es presidente de la Asociación de Beisbolistas Profesionales, organización que se constituye para defender los derechos de los peloteros establecidos en la ley; su honestidad y dignidad le valen el encono de los directivos, que cortan su carrera como beisbolista, pues no se le permite jugar ni dirigir en ningún equipo de la Liga Mexicana; sin embargo, la afición lo recuerda como una de las grandes figuras del beisbol de todos los tiempos.