La Marina de Ficticia
MINIFICCIONES FINALISTAS DE OCTUBRE DE 2021

Tema: Microficciones con humor
Juez: Daniel Frini, escritor argentino



Día 1
Tallerista: Carmen Simón


Solo contra el mundo
Dino Sauri O.

—¡Atención! Si usted circula por la avenida de Las Américas, extreme precauciones. Un conductor irresponsable transita en sentido opuesto a alta velocidad por esa vía –alertaba el locutor de la radio nocturna.

Minutos antes, luego de enfilar por la amplia avenida en su auto, Arturo había encendido la radio. Los efectos de la fiesta aún estaban presentes en su cabeza y debía mantenerse alerta. De inmediato, al escuchar la advertencia, disminuyó la marcha y, tras aclararse los ojos, descubrió atónito las decenas de luces que se aproximaban a toda prisa hacia él.

—¿Uno? Por los huesos de mi madre, ¡si son todos!

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Un jugador empedernido
Pepe Le Pew

A su avanzada edad desafiaba a la suerte cada noche en la ruleta del casino, lugar de sus conquistas. Era todo un reto adivinar lo que podría pasar: un orgasmo, un calambre o un infarto.
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Día 2
Tallerista: Fernando Tamariz


Karma
Pseudónimo

Al morir, Van Gogh reencarnó en un portentoso toro. Vivía apaciblemente pastando y haciendo frecuentes visitas a su harem. Tuvo un extraño presentimiento cuando lo condujeron a un ruedo repleto de gente que gritaba y aplaudía a un sujeto, con un ridículo traje, que lo invitaba a embestirlo. Esta vez perdió la oreja derecha.
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Día 3
Tallerista: Jorge Oropeza


Gourmet
Pseudónimo

En mis frecuentes viajes, he procurado paladear los manjares que encuentro a mi paso por cada localidad. Hace un mes disfrute de una suculenta hamburguesa y una Pilsner artesanal. La semana pasada, una soberbia milanesa acompañada de un vino tinto estupendo. Hoy, probaré que tan buen maridaje hacen el Lambrusco y la nutritiva siciliana que conocí ayer y que está a punto de salir del horno.

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Viejo oeste
Black Dot

El ranchero pidió que le sirvieran otro tequila y le invito al extraño un trago.
—¿Lo mismo que toma? —preguntó.
—Si gracias, muy amable caballero —contestó el otro, que por cierto vestía un traje negro.
Les entregaron sus respectivas bebidas y el vaquero se sorprendió de la rapidez con que el elegante hombre despachó su bebida.
—¿Sediento, amigo?—dijo sorprendido, y sonriendo le indico al cantinero— Sírvenos otra ronda de lo mismo.
Esta vez el de la ciudad se tomó la bebida en varios sorbos.
Elocuente por los tequilas, el hombre del campo, retó al trajeado a consumir más tragos, con la condición de que el que primero se emborrachara pagaría la cuenta.
—No puedo abusar de usted —reviró el de la ciudad.
Iba a continuar, pero el vaquero lo cortó —en esta tierra los hombres no se echan para atrás. Tome lo que estaba tomando y yo continuo con mi tequila— le dijo.
Al doceavo trago el ranchero cayó al piso ebrio y fuera de sí.
El citadino iba a pagar la cuenta, pero el cantinero, que había oído todo, no se lo permitió.
—Usted vaya tranquilo —le dijo al fuereño— y le dio otro vaso con agua para el camino.
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Día 4
Tallerista: Marcial Fernández


Vientos democráticos
Pitágoras

Cansados del autoritarismo y de que sus demandas no fueran atendidas, salieron a la calle. Hubo mítines y asambleas, que culminaron con marchas y protestas violentas que clamaban por elecciones libres. Los ejércitos fueron convocados para disuadir a los inconformes, con magros resultados y mayor irritación. Fue inútil. Tras las jornadas electorales, el descontento persistía, mientras Dios tomaba nota de cuánto había disminuido su popularidad.

—Algo habrá que hacer —le susurró al oído a su hijo.
—Sí, padre. ¿Qué tal otro diluvio?
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Día 5
Tallerista: Paola Tena en sustitución de Daniel Frini


Antimaterialista
Cero

Su casa, vista desde afuera, iba perfecta con la fama del tipo. Ahí me quedé largo rato observando. Salía música de Mozart. Hasta que arrojé una piedra que entró por la ventana y luego grité dos veces: "¡Bukowski, dame un poema para publicarlo a mi nombre, digo, no creo que te importe!"
Al tercer grito: "¡Bukow...!" la música cesó, y aquella rasposa carcajada que escuché fue mejor que cualquier poema.

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Desencanto
Black Dot

Se cansó de intentar redimir a tanto apuesto y vanidoso príncipe; la sangre real los hacía altaneros y mujeriegos. Al poco tiempo de haberlos sacado del estanque los encontraba en el bosque haciendo degeneres con otros batracios. Algunos de ellos aducían que era el instinto.

—A pesar de todo—llegó a decir algún cínico todavía con la rana montada en el pene—, no soy más que un sapo.

La princesa, harta de tanto desamor, mandó tapar la fuente, no sin antes decretar las ancas de rana como el platillo oficial del reino.

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Dura lex, sed lex
Pingüino

Lo menos grave de la situación fue que el padre haya salido con una escopeta. Tenía la clara intención de ahuyentar a tiros al trasnochado émulo de Romeo que llevaba serenata a su amada y virginal hija.

La auténtica gravedad se manifestó en todo su esplendor cuando la muchacha, piernicorta y de frondosos pechos, asomó con demasiado entusiasmo por el balcón del cuarto piso.
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Día 6
Tallerista: Daniela Truman


En un lugar de la cancha
Pancho Sanza

Las violaciones sistemáticas a las leyes de la física y de la lógica en sus aberrantes historias son una constante en su obra. Ellas lo llevaron a ganar la paternidad de un nuevo género literario: la ciencia-fricción, además de hacerlo merecedor de un doctorado horroris causa por parte de una la más prestigiadas universidades de Andorra, su patria adoptiva, luego de que quedara huérfano cuando su país natal lo repudió, al tiempo que lo desconocía y declaraba persona non gratis, poniéndolo a remate al mejor postor. Terminaron regalándolo. Su libro más reciente, El desastronauta, que puede consultarse en la nube cualquier día lluvioso es, en realidad, una auto-biografía disfrazada de biografía, escrita mientras competía en el Rally París-Dakar a bordo de su vehículo de energía eólica, con el que sostiene encuentros a machetazos de cuando en cuando.

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Mantenimiento
Black Dot

No hay nada más asombroso que los que trabajan reparando caminos. Las cuadrillas para solucionar los problemas diarios son numerosas. Eso sí, todas entrenadas en las mismas escuelas y métodos de trabajo ágil. Esta el topo, quien se encarga de escarbar las zanjas que van desde un centímetro hasta un par de metros de profundidad; el oficial de sostén de pala; el cuidador del pico; el guardián de la lámpara de mano; el custodio del plano; el guarda del tráfico; el enviado de las bebidas y nunca debe hacer falta el gran líder que observa todo con el casco de seguridad entre el brazo y las costillas y una mano en el bolsillo del pantalón siempre como la mayoría de ellos sin hacer absolutamente nada.

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Sueño por goteo
bebé

Quería saber qué provocaba sus sueños húmedos. Su vida sexual era bastante activa y aún así, en el verano, se producían a menudo. Durante noches esperó, hasta que logró descubrir su origen durante la tormenta: había una gotera en el techo.
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Día 7
Tallerista: Julia Ortega


El lado equivocado
Pi

—¿Cómo se declara? —preguntó el juez—, ¿culpable o inocente?
—Ambas cosas, su señoría. O lo que es lo mismo, medio culpable.
—Eso no es posible, explíquese.
—Soy culpable debido a que, en efecto, la maté. Inocente porque ¿quién demonios iba a imaginarse que estaba debajo de las sábanas del lado izquierdo, cuando siempre ha dormido a la derecha? A quien le iba a coser los intestinos a puñaladas era infame de mi compadre, que también tiene culpa, por desgraciado y traidor.
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Día 8
Tallerista: Dolores Díaz A. (“Tequila”)


Ateo converso
Papalotl

Cuando la vio, no creía que pudiera haber tanta belleza reunida en un solo cuerpo. Ojos, nariz, boca, pechos, piernas; todo era perfecto. Con humildad, tuvo que admitir que esa era la prueba de que debía de existir un creador en alguna parte. Alguien que usaba Photoshop para dar vida a sus obras.
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Día 9
Tallerista: Lucía Casas Rey

Desierto
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Día 10
Tallerista: Tomás del Rey

Desierto
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Día 11
Tallerista: Carlos Bortoni


Serán los primeros
cero

Algunas de las bondades de llegar en los últimos lugares son pasar desapercibido, de esa manera uno puede vivir tranquilo. Tal era la prioridad en mi vida, hasta que durante una carrera de diez kilómetros (soy perdedor positivista ejercitado) en mi ciudad, cuando llegué en la habitual posición trasera, el anunciador dijo, mas bien gritó por el megáfono: "Aquí tenemos al penúltimo lugar, el competidor con el número siete cinco, penúltimo lugar, penúltimo lugar... Bueno, no se desanimen, volteemos todo y quedará casi en primero".

Aquel bucle temporal moral fue insoportable...

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Dialéctica empedernida
Black Dot

Al señor que caminaba enfrente de mí se le escapó el pene por la pierna del pantalón. Siguió su camino ignorante de su pérdida. No supe que hacer. ¿Le gritaba que regresara a recoger su miembro o lo pateaba hasta alcanzarlo y mostrarle lo que había extraviado? Lo pateé. Mala puntería, rebotó en una pared y le pegó en la cara a un tipo que montó en cólera.—¿De quién es esta verga? —rugió

Quise explicarle que era del señor, que en ese momento doblaba la esquina, pero no me dio tiempo; recogió el pito del piso y se me vino encima. Quería aclararle el asunto. Ofrecer una disculpa, señalar al dueño, decir que debíamos alcanzarlo y devolver su pertenencia, pero aquello vibraba en las manos del ofendido de manera vigorosa y yo, al ver esto, quede absorto.

—Oiga —grito una mujer—, no abuse del joven, quería realizar una buena acción.

Él tipo se dio vuelta le enseño el miembro, que de tanto estar en su mano lucia ahora turgente, de buen tamaño y, no le voy a mentir, más ancho. Ella se persigno.
—Ay Dios de los cielos que cosa tan horrenda —decía y se echaba aire a la cara—, quite eso de aquí, no quiero que me toque ni que me salpique.
Él tipo se hartó de discutir y metió el enorme falo en una bolsa de su chaqueta.
—Para el asador — dijo y se marchó a casa.

Nunca sabremos si acaso el dueño lo habrá extrañado.

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Viejo testamento, versión 2.0
P. Razo

Durante la pandemia, el cura impartía la clase de catecismo a distancia desde su computadora. Al repasar algunos pasajes bíblicos, pregunto quién había matado a Goliath.

Luego de varias respuestas que señalaban a Moisés, a Caín y a Judas como los sicarios, les recordó que era pequeño, que su nombre tenía cinco letras y terminaba en "vid".

Todos estuvieron de acuerdo cuando uno de ellos respondió: "debe haber sido el Covid, padre. Es muy cabrón"
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Día 12
Tallerista: José Luis Sandín (“El águila descalza”)


Peor que usted
Bala rasa

El año pasado decidimos contratar a un pesimista a tiempo completo a una empresa de Connecticut. Lo bueno de tener un pesimista en casa es que como suelen atraer las desgracias, hacen que tu vida parezca maravillosa ¿Qué te has roto una costilla? Pues él se acaba de romper tres, así que tu costilla fracturada pasa a un discretísimo segundo plano. Ya, ni te duele. Y apenas consumen, porque suelen ser tipos melancólicos y, como es sabido, la melancolía apacigua la sensación de hambre y sed. Tampoco gastan electricidad, ya que suelen desplazarse preferiblemente en la penumbra: si por ellos fuera, serían la sombra de su propia sombra. Como efecto placebo funciona los primeros meses, pero termina siendo francamente agotador porque son un auténtico imán para las desgracias. He intentado contactar con la empresa de Connecticut para devolverlo, pero habrá que esperar: según la letra pequeña del contrato, aún nos quedan dos años de permanencia.

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Visionario
Papalotl

Aquella tarde, durante la tormenta eléctrica, Benjamín Franklin elevó la cometa con una llave atada al cordel. Aunque lo inquietaba saber si iba a sobrevivir al experimento, tenía muy clara la idea de lo que estaba haciendo y de que, a la larga, otros seguirían su ejemplo: buscar respuestas en la nube.

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Aversión
Black Dot

Los lobisones, tenemos honor y vergüenza. Por eso es que solo ahora —en los linderos entre la vida y la muerte y con el poco tiempo que me queda— confieso la verdad. No, no era que yo quisiera nada de ellas, pero la amenaza de una bala de plata entre los ojos le eriza los pelos a cualquiera. Fui yo quien hizo las preguntas. En realidad, mi curiosidad era en referencia a los pechos vencidos por la gravedad; las nalgas derretidas como relojes de la persistencia de la memoria y las arrugas que abundaban en su cuerpo encorvado. Por Perrault les juro, cuando la anciana dijo que me iba a comer con esa boca desdentada, hui aullando de horror y fue en mi despavorida carrera que lastimé a la de rojo.
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Día 13:
Tallerista: Laura Elisa Vizcaíno


Turista de a pie
Pepe Le Pew

Deambulaba por la ciudad cuando me abordó un mendigo hablando en una lengua extraña. Aunque era obvia su intención, me encogí de hombros para indicarle que no comprendía. Entonces me hizo la petición en inglés. Nuevamente le hice ver mi desconocimiento. Lo hizo después en alemán, luego en francés y prosiguió en otros idiomas: italiano, chino, árabe y portugués. Ante mi reiterada falta de comprensión, exclamó:

—Bueno, coño, creo que somos de esos paisanos que nunca hemos salido del pueblo, ¿verdad? ¿Tendrás unos duros por ahí que te sobren? También acepto euros, dólares, yuanes y hasta bitcoins.

Me ganó la risa, y acorralado por su habilidad, ya no tuve escapatoria. Le di el único billete que llevaba encima y me retiré de ahí antes de que apareciera otro de nuestros colegas.
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Día 14
Tallerista: Mónica Brasca


Bluetooth
Big Brother

Como todos los días, mi nuevo vecino salió aquella mañana y abrazó el árbol frente a mi casa. De pronto, una voz potente y cavernosa surgió de entre las ramas:

—Gracias, me hacía falta un abrazo así, amigo. Si te parece, mañana yo te daré uno más fuerte.

De un salto se apartó y salió corriendo despavorido, diciendo incoherencias. Desde entonces, no he vuelto a verlo.

Poco después retiré el altavoz inalámbrico que, escondido ahí, entre las plantas o en el buzón, ha resultado tan eficaz para ahuyentar no solo a vecinos indeseables, sino también a vendedores de aspiradoras, Testigos de Jehová y hasta al cartero cuando trae multas o citatorios.

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El des-concierto
Pancho Sanza

El recital prometía ser memorable. Como dictan los cánones, el ejecutante le arrancó varios acordes al piano a modo de preludio. En respuesta al inesperado arrebato que sufrió por ese impromptu, el instrumento le devolvió dos bemoles sostenidos y, a continuación, se inició un duelo entre ellos.

El intérprete se apartó de la partitura y luego de una serenata que devino en samba, siguió una rapsodia que se anunciaba como sonata. Finalmente, tras un fragmento de jazz (que descalabró al pianista), siguieron algunos improperios y concluyó con un blues: una suerte de réquiem seguido de una marcha fúnebre para quien aspiraba a ser solista de la filarmónica. El músico, derrotado, se dio a la fuga armando un tango. La decepción no impidió que, al terminar, me fuera de milonga con la mina que estaba a mi lado. Y eso sí valió la pena.
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Día 15
Tallerista: Patricia Mejías


Focos rojos
Bebe

Sus intentos para procrear habían sido infructuosos, por lo que la pareja acudió a un especialista. Tras la revisión de los exámenes de laboratorio, el médico diagnosticó:
—Respecto a usted, señor Iturbide —dijo con amabilidad—, no hay nada de qué preocuparse: la testosterona está en niveles óptimos y su próstata no tiene ningún problema. En cuanto a usted, señora...
—¡Doctor! —el marido interrumpió abruptamente—, discúlpeme, pero ahora sí que tengo más de un motivo para alarmarme: ¡esos son los resultados de mi esposa!

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"Algo huele mal en Dinamarca"
Pseudónimo

Durante la representación de Hamlet, a la que asistí en Copenhague, me sorprendió la sutileza para revelar el bochornoso hecho y la sensibilidad excepcional del olfato del actor que pronunció aquella frase. Fue capaz de percibir, desde el escenario, las flatulencias de mi vecino de asiento en la vigésima fila; habilidad que, de pie, tuve que reconocer de inmediato con un sonoro “¡bravo!”, seguido de un largo aplauso.
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Día 16
Tallerista: Josep M. Nuévalos


Ardiente iniciativa
Posdata

Fuera del insomnio persistente, el nuevo mayordomo contratado por el excéntrico noble apenas conocía algunos aspectos sobre la vida de su patrón. Al advertir que aquel día era su aniversario, entró al dormitorio portando un suculento desayuno servido en bandeja de plata con una cubierta para protegerlo de los insectos. Tras descorrer las gruesas cortinas y mientras el sol inundaba la habitación, a la voz de: "¡Feliz cumpleaños, querido Conde!", de un tirón levantó la tapa del féretro donde pernoctaba Vlad.

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La petición
Regaliz

La invité a cenar afuera. Sugerí un reservado en un restorán de sushi, pero ella prefirió pastas en una cantina ruidosa y atestada de gente. Me resultó imposible crear el clima necesario para hacer mi propuesta. A la hora del postre, me levanté con una excusa y compré bombones. Desenvolví uno, escribí en el reverso del papel plateado la pregunta que venía postergando desde hacía tiempo y lo volví a cerrar. De vuelta en la mesa, y siguiendo la tradición, me hinqué de rodillas y se lo entregué. Había que ver la cara que puso cuando leyó: “¿Qué te parece si nos divorciamos?”.
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Día 17
Tallerista: Carlos Martín Briceño


El regreso del Mesías
Luz y Fer

Tiempo atrás anunciaron su retorno para juzgar a vivos y muertos. A partir de su llegada, desde la seguridad de la nube (mera precaución: una segunda crucifixión sería tropezar dos veces con la misma piedra, además de dolorosa), dicta sus ordenamientos y reglas a los mortales e impone, también, algunos caprichos como solía hacerlo Jahvé, su padre. Con una nueva imagen, más acorde con los tiempos, se hace llamar Mark Zuckerberg y preside el tribunal que, conocido ahora como “El Feis”, “Facebook” o "Meta", aseguran que es completamente democrático e imparcial.

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Final feliz
Papadzul

Esa mujer me había robado el sueño. Desde que la conocí, no pude quitármela de la cabeza. Era imposible dejar de pensar en ella y en cómo conseguir que accediera a mis deseos. Mis cartas y poemas, con palabras sinceras salidas desde lo más profundo del corazón, consiguieron que, semanas después, se cumplieran mis anhelos. Por fin, al cobijo de las sombras en aquella noche inolvidable, abordó su escoba y huyó.

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De nombre raro
Black Dot

Entre las muchas cosas que sus compañeros de odisea odiaban estaba el sonido de su nombre: Luciano, ¿Quién carajos le pone a un hijo Luciano? Y así navegaban en el mar, el capitán dando órdenes que el sordo Luciano no oía o fingía no escuchar. El muy cabrón jamás lavó la cubierta, nunca remó al ritmo de los demás. Cuando lo mandaron al nido no avisó del arribo de los enemigos porque también era mudo. Los latigazos, por ende, tampoco lo hicieron llorar. Lo cierto es que nadie de la tripulación creyó en su sordera sino hasta que las sirenas los diezmaron y el sordomudo fue de los pocos que se salvaron. Aunque, la verdad, nunca pudo contar su historia.

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Taxi driver
bebé

El día que Borges escribió en “La dicha” que los árboles le daban un poco de miedo, es evidente que no era el pasajero que yo llevaba aquel día, cuando uno de esos imbéciles eucaliptos tuvo la brillante idea de caer mientras pasaba debajo de él con el auto. De no haber sido por los cables eléctricos que retrasaron un segundo la caída, habría terminado aplastado, como aquel infeliz que viajaba en la parte de atrás. Ahora ni él, ni el autor de “El Aleph”, tienen ya motivos para temerles. Yo, que sigo vivo, sí. Y no es precisamente porque sean hermosos.
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Día 18
Tallerista: Elisa Armas


Ganar sin ganar
Humo blanco

La tentación de ser el mejor trae problemas, aparte de decepciones; estoy convencido. Siempre es posible que alguien te supere. Como eso duele y puede causar hasta depresión, me resisto a ella.

Competir por ser el último es menos estresante; así he superado mis marcas sin dejar de destacar. Tengo un historial envidiable: último lugar desde el jardín de niños hasta la Universidad, incluyendo los diez años que repetí; nunca he obtenido una promoción en mi empleo y, en reconocimiento, ya van a jubilarme. Además, puesto que siempre llego tarde, todas las chicas que conozco ya tienen pareja.

En veinte participaciones en la maratón local, han tenido que esperarme para recoger los implementos de la meta y, sin tanto esfuerzo, soy más famoso que los ganadores de los años anteriores. Hasta me han entrevistado en la televisión. Pienso que podría ser un buen candidato para un récord Guinness, aunque no buscaría triunfar. Por congruencia, también buscaría un reto en el que pudiera ser el último.

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Obsesión
Bala rasa

El arqueólogo falleció súbitamente de un infarto al corazón mientras rebuscaba —manifiestamente obcecado— entre sus propias heces tratando de hallar algún vestigio del Bajo Imperio romano.
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Día 19
Tallerista: Paola Tena


Antítesis
Black Dot

Era un hombre bragado. Le gustaban los deportes rudos, los films violentos, era partidario de la guerra y de invadir países con costumbres extrañas. Su único vicio: el gimnasio, levantamiento de pesas, abdominales y sentadillas por cientos. No bebía una sola gota de alcohol, porque cuando se le pasaban las copas, perdía toda inhibición. Sin embargo, su corazón, que debería ser duro y áspero como una piedra se reblandecía, sus ojos fieros se tornaban coquetos y a sus manos traidoras les entraba el deseo de irse detrás de los hombres rudos, de los machos alfa como él.

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El mundo al revés
Simbad

Con su inusual y vistosa indumentaria, los invasores se internaron en el territorio sin hallar resistencia. A su paso, forjaron alianzas con los catalanes, vascos y otros pueblos inconformes y avanzaron sobre la capital del imperio. Al verla, se quedaron maravillados por su magnificencia. Ahí debía haber riquezas incalculables. La ambición y la necesidad de enviar buenas nuevas allende el mar, hicieron que Hernántli Cortezómoc y su pequeño ejército de caballeros águila y jaguar tomaran la Gran Madrid en 1521. Los templos paganos de aquellos salvajes, que torturaban y quemaban vivos en leña verde a los herejes y blasfemos, fueron destruidos y, sobre sus ruinas, se erigieron majestuosas construcciones consagradas a Huitzilopochtli, Tláloc, Tezcatlipoca y Coatlicue, entre otras deidades del vasto panteón mexica que, a diferencia de las religiones locales, permite elegir de forma democrática al dios más carismático, dadivoso o menos cruel. Los humildes misioneros, que recorrieron a pie esas tierras se encargaron de propagar la verdadera fe.

Hoy, los ingratos herederos de aquellos bendecidos por el progreso, la cultura y la bonanza que trajeron los conquistadores al Nuevo Mundo reniegan de la historia y exigen disculpas al actual Tlatoani, por vía diplomática y desde el púlpito del poder, por las atrocidades cometidas por sus tataranietos quinientos años atrás.

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Fantasías palaciegas
Serpico

Los gritos de protesta frente al palacio despertaron al presidente. Salió al balcón, y después de algunos minutos, logró calmar a la multitud y dirigirle unas palabras:

—Queridos compatriotas: Entiendo su enojo y lo comparto, créanme. También estoy molesto por esta situación. Lamento no haber escuchado antes sus justas demandas. He despertado. En ocasiones, los gobernantes necesitamos que nos saquen del sueño en el que estamos para darnos cuenta de nuestros olvidos, errores y omisiones y les agradezco que me hicieran ver la realidad. Les prometo que, de ahora en adelante, las cosas cambiarán aquí en palacio.

La multitud, atónita ante aquel giro inesperado, siguió escuchando:

—Señalen todo aquello que amerite corregirse o cambiar. El derecho los asiste—continuó—. Por mi parte, yo también lo haré. Tienen mi eterno agradecimiento y mi compromiso. Buenas noches.

Mientras unos aplaudían y otros silbaban, dio la vuelta y, luego de desaparecer detrás de las cortinas, regresó a la cama. Minutos después despertó sobresaltado.

—¡Ay, Lucrecia! —dijo a su acompañante en turno—¡No sabes! Acabo de tener una pesadilla horrorosa. ¡Soñé que me había vuelto honesto y sincero!

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Modelo a seguir
Camaleón

Poco después de su creación, la nueva corporación policíaca cobró fama por su eficiencia: los casos eran resueltos en menos de cuarenta y ocho horas. En sus más recientes y sonados éxitos, los maleantes han sido detenidos y sentenciados antes de que cometan el delito, gracias a sus novedosos y sofisticados métodos copiados de la práctica agrícola, con una amplio repertorio de técnicas que abarca desde la siembra de pruebas hasta la cosecha de confesiones bajo tortura.
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Día 20
Tallerista: José Luis Sandín (“El águila descalza”) en sustitución de José T. Espinosa-Jácome (“El último Abencerraje”)


La estocada
bebé

Recuerdo cuando me dieron la noticia. Sentí cómo aquella confesión destruía todas mis ilusiones. Mis padres, sentados frente a mí, tenían un semblante inusual y se mostraban nerviosos. Por un momento pensé que me anunciarían que mamá tenía novia y papá, un novio, pero no. Luego de rodeos y explicaciones, me revelaron que ellos eran Santa Claus. Esto fue más demoledor.

***

Fin
Dorotea

Los había conocido en una librería y compartió con ellos todo el verano. Él, apuesto, apasionado, rico y noble; ella, de origen humilde, hermosa y dulce. Fue la confidente de sus primeras ilusiones, de sus dificultades, de su lucha contra los obstáculos que impedían el triunfo del amor. No le pareció justo que, después de haberlos acompañado en tantas vicisitudes, la dejasen tirada en el momento en que alcanzaban la felicidad. «¡Os vais a enterar, cabrones!», pensó. Y se puso a escribir una segunda parte apócrifa de la novela.
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Coordinación de la Marina 2021.
16 de November de 2021 / 17:09
FINALISTAS DE OCTUBRE DE 2021 16 de November de 2021 / 17:09
Coordinación de la Marina 2021.
 

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