La Marina de Ficticia
MINIFICCIONES FINALISTAS DE MAYO DE 2022

Tema: La relación de los gatos con los humanos
Juez: Luis Ignacio Muñoz, escritor colombiano


Día 1
Tallerista: Carmen Simón

Nocturno
Héctor

"Silencio en la ciudad. La luna vigila cualquier movimiento. Solo los gatos escudriñan los barriles del misterio", es un buen comienzo para una novela o cuento. Eso procura mi animal cada vez que maúlla para que le abra la puerta en la mañana. El vago se pierde por la noche para ser testigo y cómplice de lo que sucede bajo las sombras. Es el recopilador de las historias pecaminosas y oscuras que la gente no se atreve a cometer a sol abierto. Cuando me enfrento a la hoja en blanco, lo acaricio, como a la lámpara maravillosa, y él maúlla y maúlla, soltando "toda la sopa", mientras yo traduzco los misterios que luego escribo en la computadora.

***

Fielino
Orlando Guevara

Al despertar, un olor a incienso se cuela por las hendiduras donde están puestos los herrajes. Se acomoda al sentir que lo trasladan a un lugar desconocido. Luego siente el perfume de las flores, el olor de la lluvia y el sopor de aquel refugio ingrato.

Se rasca la cabeza, mueve el cuello intentando zafar el corbatín que le molesta. Permanece en silencio, agazapado sobre un forro de espuma. Escucha gimoteos y maúlla. La falta de oxígeno lo inquieta. Sigue maullando, pero afuera un coro de lamentos opaca su llamado.

Al llegar a casa, María echa de menos al gato que siempre permanecía a los pies de su difunto padre.

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Frialdad
Pseudónimo

En lugar de emular al Hombre Araña, a Superman, o a cualquier otro de los héroes populares entre los niños, Matías imitaba al gato. Intrigada por ese comportamiento, su madre le preguntó la razón: "Para que me acaricies y juegues conmigo como con él", respondió el pequeño.
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Día 2
Tallerista: “Alferez”

Crónica de una cena anunciada
Héctor

Con su andar esponjoso y altanero, con la frialdad del autor intelectual de un crimen y, a la vez, su ejecutor, así procede mi gato. Se acerca, se sienta, se agacha, repta, según exige la ocasión. Mientras tanto, el ratón se detiene al percibir el acecho. Hay un duelo de miradas. El roedor voltea con disimulo y mide el trecho hacia el hueco en la pared: es la distancia entre la vida y la muerte. El felino detecta ese leve movimiento e intuye que su cena está en riesgo.

De pronto, mi perro irrumpe en la escena; el ratón aprovecha el momento y vuelve a su guarida. Cuando el can desaparece de la vista, el ratón asoma la cabeza y, al ver a su enemigo a prudente distancia, sale. Camina un pequeño tramo, frena y hace amagos, cual beisbolista que se aleja de una base esperando el batazo. El gato lo tiene en la mira; se acerca, se sienta, se agacha, repta, según exige la ocasión...
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Día 3
Tallerista: Jorge Oropeza


De Borges
Héctor

Al ver a su amo dentro del espejo, maullaba, mientras frotaba su cuerpo en el cristal. De tanto roce, se introdujo al lado de su dueño. El felino, por intuición, quizás, supo que la inmortalidad es más prolongada que siete vidas.

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Cuatro vidas
Pitágoras

El gatito, recién nacido, cayó en la madriguera de los ratones cuando su madre se distrajo. La astuta mamá ratona, tras acogerlo, no dudó en amamantar al nuevo crío, que adoptó para convertirlo en informante. Tiempo después, fue rescatado por sus padres y, más tarde, la familia humana lo aceptó en su casa por simpático y curioso. Desde entonces, ladino como cualquier otro gato, es un triple agente: espía para el Imperio Roedor, para la Federación Felina y para la República Humana, mientras anda a sus anchas por todas partes, dándose vida de Rey.

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Abisinio
Black Dot

Entra a casa sin saludar. Silencioso, se recuesta en un sillón y desde ahí mira hasta caer dormido. Las ocasiones en que se arrima a mi lado son solo para buscar alguna caricia o un lugar tibio en donde descansar. En las noches, lo veo partir como quien sabe que su destino es nunca tener un dueño, no necesita la compañía de los simples mortales. Dentro de él habita la memoria de la gran Alejandría, de Luxor y Karnak, pero también la magnífica simplicidad del cazador de ratones.
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Día 4
Tallerista: Marcial Fernández

Lógica aparte
Héctor

Si a la caja del gato de Schrödinger le sumáramos un ratón, al abrirla encontraríamos al felino, pero nunca al roedor.

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Ailurofobia
Pingüino

El ultimátum de Alejandro la obligaba a tomar una decisión complicada. O él o Tobías. Tras pensarlo un rato esa misma noche, le pidió el divorcio a la mañana siguiente. Difícilmente se perdería de aquella compañía, de esa suave piel y de los románticos arrumacos y ronroneos de su gato.
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Día 5
Tallerista: Daniel Frini

Hogar, dulce hogar
Pepe Le Pew

Mi esposa y yo adoramos a los gatos. Cada uno tiene un lugar privilegiado en casa y en nuestro corazón: en la sala de estar, en el comedor, en la cocina y en las recámaras. Esos hermosos óleos, acuarelas y esculturas de felinos van muy bien con la decoración y crean un ambiente de paz que difícilmente existiría si hubiera un maldito ejemplar vivo en casa.

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Sospecha
Volkandert

Aunque amaba a los felinos, cuando su hermano —quien siempre tomaba ventaja de él— lo invitó a jugar al gato y al ratón, escogió ser el roedor. La propuesta le sonaba a que, tarde o temprano, habría gato encerrado.
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Día 6
Tallerista: Daniela Truman

Schrödinger
Héctor

Cuando el profesor terminaba uno de sus experimentos con el gato, siempre lo sacaba al patio. De tanto sacrificar felinos, hubo uno que, en su estado zombi, se tragaba a las moscas que le zumbaban; en su estado normal de vida, cazaba ratones y, en ocasiones, subía a los tejados más altos y se lanzaba al vacío.

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Instinto
Black Dot

De entre todos Micifuz el Negro, porque había un Micifuz rubio y otro de pelaje atigrado, quien era el que más abogaba por la idea.
—Compañeros —rugía o creía rugir— debemos unirnos para ser fuertes, darles fin a los humanos. Acabar con ellos.
Todos los presentes estaban de acuerdo; no más maullar por su comida, no embarrarse a las piernas reclamando su leche caliente, no a aceptar caricias ni besos o tener que dejarse abrazar.
Todos coincidían en eso, pero pronto, como buenos mininos también perdieron el interés y Micifuz el negro se quedó solo, lamiéndose el pelaje.
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Día 7
Tallerista: Sara Coca

El gato del sicario
Héctor

El tipo estaba en su cuarto, casi a oscuras, sumido en sus crípticas reflexiones, cuando el gato se acercó, maullando. Al ver la mirada fosforescente, demoníaca e intrigante del animal, dijo, mientras lo acariciaba «tú también lo harías, amiguito, si a cambio te pagaran con un puñado de ratones».

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Sociedad protectora
P. Razo

Ante la algarabía y el desconcierto de los niños de la calle, los gatos ferales se escabullían de los voluntarios que intentaban recogerlos para darles un nuevo hogar. Poco después, cuando se cumplió la misión y se retiraron, las caras de los pequeños testigos volvían a lucir las huellas de ese olvido al que, de nueva cuenta, eran condenados en la soledad de los callejones y puentes, ahora sin la compañía de sus antiguos amigos.
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Día 8
Tallerista: Dolores Díaz A. (“Tequila”)

El gato volador
Héctor

Es un joven fantasma a punto de estrenarse como tal. A modo de inicio, intenta traspasar paredes sin lograr nada más que la resistencia del concreto ya que, su espectro tutor, olvidó dejar el manual de operaciones. Opta por asustar a unos niños que se encuentran en la sala moviendo los juguetes de lugar, pero los nenes, distraídos en sus iPhones no se percatan de su presencia. Luego del fallo, el ente teme desvanecerse para siempre por incumplimiento de funciones. Resignado, se acurruca en un rincón. En ese instante, un gato se frota en su pierna y maúlla; él se entusiasma al ver que el animal lo puede ver y procede a acariciarlo con gratitud y ternura. Entonces decide meterse en el cuerpo del felino. Desde ahora, la simbiosis entre fantasma y animal se alimentará de las pesadillas, celos, egos, temores, malentendidos de sus amos y del egoísmo, envidia y de todas las malas vibras que puedan acarrear las visitas. Y cuando haya escasez de emociones adversas, de ratones, pájaros y de asustar a bandidos en las esquinas de la noche.

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¿Siete?
Simbad

Todos los días soñaba con haber sido tigre, jaguar o cualquier otro felino salvaje. Su vida como mascota de una familia adinerada era, francamente, absurda y carente de emociones. Cuando finalmente murió, le dieron la noticia: solo se trataba de un breve receso para ingresar al taller de mantenimiento antes de iniciar su segunda vida.
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Día 9
Tallerista: Lucía Casas Rey

La venganza
Hèctor

Desde niño le gustaron los gatos. Cuando creció, los introducía vivos en agua hirviendo y absorbía el vapor con la intención de descubrir los secretos que guardaron las deidades en ellos. La última vez que se miró al espejo, sintió regocijo al ver sus ojos incandescentes: era el resplandor del incendio infernal que lo sorprendía en el sótano de su casa.

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Amenaza felina
Phileas Fogg

Por suerte, el revólver de mi asesino era un Colt 45. Ya me las pagará ese infeliz. Solo me basta una vida para hacer de la suya una pesadilla.
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Día 10
Tallerista: Tomás del Rey

El poeta y su gata
Héctor

Rogó a los dioses nacer gato en la próxima vida para aparearse con su mascota. El felino, por su parte, al final de su última vida, rezó para nacer mujer y convertirse en la eterna amada que escuchará sus versos bajo la luna.

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Daño colateral
Pseudónimo

Ella había salido a trabajar aquella mañana cuando regresé a casa después de un largo viaje. Al entrar, Peluche, nuestro gato, me dio la bienvenida con su acostumbrada displicencia. Mientras me seguía con curiosidad, llevé las viejas pantuflas de Elena al contenedor de basura para sustituirlas por el regalo que le había traído: un hermoso par de piel de alce. Poco después escuché al camión recolector vaciar los desechos en su interior y compactarlos. Nunca imaginé que, durante mi ausencia, Peluche se hubiera acostumbrado a dormir la siesta junto a ellas.

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Día de las madres
Lafitte

Había llegado el gran día para celebrar a su esposa, viajera incansable y a su querida suegra, amante de los gatos y los autos de lujo. El boleto a Ankor Bat en Tailandia solo era de ida; el regalo para la otra festejada era un auténtico Jaguar, vivo y algo hambriento.

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La bestia
Chester Truman

Al principio mi gato cazaba pequeños ratones que me traía orgulloso para mostrarme su destreza depredadora. Luego se especializó en aves, cada vez más grandes, que seguía trayéndome. Hoy ha llegado con un mamut entre los dientes. Acaba de dejar a la bestia ensangrentada a mis pies y me pide con la mirada que le felicite: lo exige.
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Día 11
Tallerista: Carlos Bortoni

Despistados
Gesel van God

Era una añeja tradición entre los gatos del vecindario. Todos los viernes se reunían en el callejón y celebraban alrededor de una fogata y una botella de Gatorade, el vivificante elixir que, aseguraban, fue elaborado por los dioses para ellos.

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Tragedia en ocho patas
Black Dot

El ratón se dio cuenta de que había gato encerrado hasta que se encendió la luz y el felino se abatió sobre él provocando un horrible final.

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Sentidos opuestos
Big Brother

Mientras para los cristianos el pulgar abajo era su sentencia, para los gatitos del circo romano era motivo de júbilo: habría fiesta, orgía de sangre y cena buffet.

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Schrödinger para principiantes
Simbad

No es preciso saber de mecánica cuántica ni complicarse la vida para reproducir y entender el experimento del gato. Mientras lo mantenga asido por la cola y girando, estará vivo —porque maúlla— y muerto de miedo a la vez. Será el azar, personificado por una moneda al aire, el que decida su destino.

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Dos hace la diferencia
Pancho Sanza

La noche es de ellos; no cabe la menor duda. Entre pleitos, serenatas y cortejos, han sobrevivido a guerras, pestes, hambrunas y a los proyectiles que la humanidad entera les ha lanzado desde tiempos inmemoriales. Menos mal que aquí solo tienen siete vidas. Donde dicen que tienen nueve, debe ser como vivir dos círculos más abajo en el infierno.

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El chef felino
Héctor

Mis gatos se encargan de la cacería y yo de la cocina gourmet. Mientras juegan les preparo ratones a la francesa, huevos revueltos con piernas de roedor y carne de aves. El sushi hecho de ratas es nuestra receta favorita. Cuando duermen la siesta, esparzo migajas dentro y fuera de la casa para alimentar a los roedores. A la hora de comer, las mascotas se lamen los bigotes y yo me chupo los dedos con esos platillos exóticos.
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Día 12
Tallerista: José Luis Sandín (“El águila descalza”)

El malquerido
Simbad

El gato confirmó sus viejas sospechas cuando, en vez de una rata, ratón o conejillo de Indias, Schrödinger lo escogió para su experimento. El fenómeno de la superposición cuántica fue el pretexto.

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El simposio
Posdata

Los gatos más célebres del pasado y el presente iniciaron la discusión con el tema más antiguo y fundamental: ¿Cómo explicarles a los humanos quiénes son las mascotas?

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Previsor
Héctor

Una vez puse dos trampas de ratones y funcionaron. Ante mi asombro, el gato miró los cadáveres con indiferencia. Desde entonces supe que es un aventurero y solo come lo que caza. Ya no hay trampas en el hogar, salvo su pericia juguetona. Es tan calculador que los devora según el sexo para no entorpecerles la procreación y evitarse una crisis alimenticia.
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Día 13:
Tallerista: Víctor M. Campos

Arte en movimiento
Johnny Pinto

Su mayor pasión es pintar gatos y, como todo artista de fama, tiene admiradores y críticos. Cuando le preguntan qué técnica emplea, responde entre risas en voz baja: "Es muy sencilla, pero requiere de paciencia. Simplemente les apunto con la lata de aerosol y disparo cuando se acercan a curiosear. Los verdes y los violeta son los más vistosos".

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Posesión
Papalotl

La mujer no pierde oportunidad de presumir, ante la familia y amistades, al gato de angora que tiene en casa. Mientras tanto, tendido como pachá sobre el tapete persa, el animal sonríe socarronamente, mueve la cabeza y ronronea. Sabe a la perfección quién le pertenece a quién.

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Graffiti
Gesel van God

Enfadado por la repentina muerte de su gato, se propuso inmortalizarlo en su obra mural. A partir de ese día, la ciudad se vio desgarrada por multitud de siluetas felinas, de diferentes colores y en variadas posiciones, estampadas violentamente en las paredes, hasta que el cadáver quedó irreconocible, convertido en girones.

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Retrato de un enigma
Héctor

Cuando termina de pintar al gato, se aleja para ver el lienzo. Observa que el retrato se distorsiona, emergen símbolos cuneiformes y oye voces en lenguas muertas. «Una mezcla entre lo abstracto y el expresionismo», se dice. Al correr del tiempo y fallecer el felino, encargó el cadáver a un taxidermista. Ahora el artista exhibe las obras por las galerías y museos más prestigiosos del mundo.
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Día 14
Tallerista: Mónica Brasca

Centinela de mis sueños
Héctor

Creo que en mi vida anterior fui uno de ellos. He sobrevivido ya seis veces: mamá murió al darme a luz, sufrí cinco balazos en batalla, me extirparon un riñón, perdí una pierna al pisar una mina y, como prisionero, fui torturado casi hasta la muerte. Hoy solo puedo conciliar el sueño si me acurruco junto a mi gato.

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Socks
Pitágoras

Nadie daba un céntimo por mí. Era un paria, mitad negro y mitad blanco, que mendigaba el sustento diario. Un día me encontré con Chelsea, una tierna adolescente que regresaba de su clase de piano, y mi suerte cambió. La historia de un triste gato errante y sin dueño, que llegó a tener su propia página en Internet y convertirse en celebridad, solo pudo ser posible en este país que se alimenta de sus propias fantasías. Pasar de vagar por las calles a vivir en la Casa Blanca como parte de la familia Clinton no es un cuento de hadas, es la síntesis del sueño americano.

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Festín inesperado
bebé

Cuando entró en aquel edificio, el gato no daba crédito a lo que veía. Miró disimuladamente sus garras y se relamió los bigotes antes de avanzar hacia el objetivo. Jamás imaginó que hubiese tantas ratas en las oficinas de un partido político.
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Día 15
Tallerista: Aída López Sosa

El gato Cheshire
Matilde

Durante años, "Alicia en el País de las Maravillas" fue el único libro infantil disponible en casa. Lo escuché cientos de veces cuando mi madre lo leía para mí y los cuatro hermanos que me siguieron. Más tarde, cansada de un embarazo tras otros, me entregó la estafeta y tuve que leerlo para los demás, hasta llegar al número catorce cuando, para mi fortuna, la familia dejó de crecer. Desde entonces encuentro gatos sonrientes en la luna menguante, en las teclas de un piano, en una sandía o en los pliegues de las sábanas.

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Millenials
Pi

En el hogar minimalista y tecnificado de la pareja, la única distracción del gato era acechar al ratón de la computadora.

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Chef italiano
Big Brother

Largas filas se formaban en la puerta del restaurante para degustar el suculento espagueti a la boloñesa, especialidad de la casa. Poco antes de morir, el chef reveló que la pasta la elaboraba con la receta de los fideos que un ancestro suyo trajo de China, en uno de sus viajes con Marco Polo. Respecto a la carne, se limitó a decir que su sabor se debía al sereno de cuando daba sus paseos por los tejados.

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El felino de Mahoma
Héctor

Muezza era una gata que había acompañado a personajes eminentes de la historia: estuvo al lado de Abraham, fue protegida de Bastet y, en el futuro, sería víctima de la hoguera en el tiempo de Galileo. Por eso, tal vez, al profeta Mahoma le despertó esa predilección por el felino. Dicen que cuando murió el animal, su alma trasiega y politeísta, encontró acogida en las diferentes religiones del mundo.
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Día 16
Tallerista: Josep M. Nuévalos

Voto de castidad
Pitágoras

Anhelaba tener siete vidas como su gato; aunque en realidad, dos le habrían bastado. La única que poseía ya estaba comprometida en celibato.

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Pinball
Héctor

Mientras veintenas de ratas devoraban el cuerpo moribundo de su dueño, de quien siempre sufrió maltrato, el gato esperaba a que saciaran su hambre: con el estómago lleno se prestan a los juegos como bolitas de carne.

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De naturaleza enigmática
Macarena

Muere por aquellos ojos rasgados de un verde opalescente, siempre maquillados con esmero; por el pelo —negro, espeso, brillante— y los andares felinos; por cómo se le eriza la piel con las caricias; por su forma salvaje de hacer el amor; por la cola larga y secreta. Es cierto que, hasta que se enamoró, pensaba que era gata y no gato, pero él siempre fue una persona abierta a las sorpresas.

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Aquí hay gato encerrado
Serpico

En medio de la inquietud que privaba en el país, inició el desfile militar con grandes medidas de seguridad. Frente a las cámaras que transmitían el evento, un gato se cruzó al paso de la división mecanizada. Aturdido por el ruido de los tanques, no logró ponerse a salvo y fue aplastado por toda la columna.

De inmediato, las organizaciones de protección animal y toda la sociedad protestaron por aquel acto de barbarie, insensibilidad y fuerza bruta. En respuesta, el gobierno prometió una investigación y el castigo a los culpables. Sin embargo, ante las tibias respuestas y evasivas de la milicia, la voz popular subió de tono. Las marchas y protestas de los siguientes días fueron fuertemente reprimidas, y los intentos del Presidente constitucional por calmar los ánimos resultaron contraproducentes. Una semana más tarde era depuesto por el Congreso y se instalaba una Junta Militar. Entretanto, el resultado de las pesquisas se ocultaba: el felino era de utilería.
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Día 17
Tallerista: Carlos Martín Briceño

El galeón español
Simbad

Estaba encantado de haberse embarcado en aquella nave. Lo único que tendría que hacer era mantener a raya a las ratas a bordo. Nunca le aclararon que debía soportar las borracheras del capitán, las jodidas bromas de la tripulación, el vaivén del barco durante las tormentas y los frecuentes baños de mar. Mucho menos que terminaría hervido por el cocinero chino cuando las ratas se agotaran y los bastimentos fueran insuficientes.

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Poeta desafortunado
Camaleón

Él le dedicaba extensos versos a su gata; ella respondía con largos maullidos. Si hubiese sido mujer, habrían sido quejas y lamentos.

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Amorozzo
Grizabella

Ganó su confianza a base de comida mezclada con un suave narcótico, lo suficiente para que forcejeara un poco mientras la penetraba. El tipo estaba obsesionado con las atigradas, sobre todo con ésta que tenía un ojo amarillo y otro verde: al sujeto le encantaban las rarezas. Al terminar, tiró a la minina ensangrentada en la calle, cerca de un basurero. Quedó tumbada, ante la mirada impasible de transeúntes. Horas más tarde, el instinto la ayudó a pararse en sus patas delanteras y, aunque arrastraba la cadera, continuó su vida alimentándose de restos de comida que encontraba en la basura.

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Historia antigua
Serpico

Se dice que, más por pragmatismo que por devoción, los ratones egipcios le rendían culto en secreto a Anubis. Su poder e influencia eran conocidos y los modestos tributos que le hacían llegar, resultado de pequeños hurtos, buscaban allegarse sus favores. Entre ellos, su mayor anhelo: que Bastet y su séquito fuesen enviados al reino de los muertos. Por lo visto, nunca le llegaron al precio.

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El felino de Alejandría
Héctor

Después de su quinta muerte, fue embalsamado por orden del faraón. Su momia resucitó agresiva ante el asombro de los paleontólogos, quienes lo mataron de inmediato al repeler sus ataques. Ahora ronda entre los sueños, pesadillas y extrañas desapariciones del equipo que lo encontró.
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Día 18
Tallerista: Elisa Armas

La última faceta
Simbad

El espíritu salvaje de sus orígenes, el aire divino de un pasado egipcio, la oscuridad del Medioevo, la arrogancia del absolutismo, la vanidad victoriana y el desparpajo de la sicodelia no pueden ser otra cosa que el legado de las seis vidas anteriores de Diamante. De la última es complicado hablar. Además de ser un feroz activista por derechos que reclama como suyos, el maldito gato se ha vuelto anárquico, perezoso y agresivo. A últimas fechas, se apropió de la carriola del bebé para que lo lleve de paseo.

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Las zapatillas
Pingüino

Siempre le pareció sospechoso el nuevo pasatiempo de Lucifer, el gato. Se pasaba horas acechando aquellos delicados zapatos grises que Cenicienta encontró junto a la cama el día de su cumpleaños. Luego, les saltaba encima y los mordisqueaba, hasta que quedaron inservibles y ella volvió a estar descalza. Ni la persuasión ni el soborno fueron eficaces para averiguar la verdad. Fue necesario que la muchacha recurriese a la tortura para que la generosa hada madrina confesara su autoría en la conversión de Gus y Jack en algo más útil y vistoso que unos miserables ratones.

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Editorial ficticia
bebé

Desde que el editor empezó a publicar e-books, su gato se convirtió en un verdadero especialista en perseguir e-ratas.

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El gato de Al Capone
Héctor

El felino solía lamer el güisqui que goteaba de las barricas en la taberna clandestina del mafioso. Con el tiempo le fue tomando gusto y pudo dejar de cazar. Le bastaba con los ratones borrachos que se desperdigaban por el recinto como cuerpos acribillados tras una balacera.
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Día 19
Tallerista: Eliana Soza

Inspiración felina
Telares

De noche salía a cazarlos por el barrio, usando de señuelo trozos de hígado y una bolsa de arpillera para esconderlos. El primero fue blanco, irascible como el Beppo de Borges. Después le siguieron dos negros, similares al que Cortázar bautizó Adorno. Los siguientes le recordaron a los atigrados de Hemingway y Capote. Sin proponérselo, llegó al centenar que aconsejaba Bukowski. Ahora los gatos se pasean sensualmente por toda la casa, desordenando aquí y allá los borradores de su novela inconclusa, mientras que, debajo de la puerta, se amontonan las denuncias por malos olores y ruidos molestos.

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El gato de Bordeaux
Lafitte

El vinatero está muy contento con Merlot, su gato, quien todos los días le lleva algunas de las ratas que caza en las bodegas del sótano. Por su parte, el felino está feliz con el empleo y la paga. Mientras realiza sus rondines entre las barricas, atrapa a uno que otro roedor empeñado en emular a Baco, para convertirlo en desayuno o comida. Por la tarde, tras sorprender in fraganti a otro, lo remata, sube la escalera y, orgullosamente, lo presenta como ofrenda a los pies de su amo, en tanto espera con impaciencia a que este termine de destazar el pescado o el ave que le servirá como cena, acompañada con la copa de la reserva de la casa que, generosamente, siempre le convida.

Esta noche, mientras se da la gran vida, Merlot no sospecha lo que ocurre abajo. Reunidas en asamblea, las ratas acaban de acordar un boicot: ingresarán a Alcohólicos Anónimos al tiempo que se mudan a la carpintería donde construyen los toneles para toda la región.

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Identidad de especie
Big Brother

Apenas nació, fue a parar a la casa de aquella numerosa familia que tenía desde canarios hasta serpientes, pero ningún gato. Ante el desprecio de los humanos, una cabra lo amamantó, dormía con los patos, comía y se revolcaba en el lodo con los cerdos, perseguía a las gallinas y jugaba con los perros. Jamás supo qué animal era; simplemente era diferente al resto.

Cuando los ratones empezaron a proliferar, los Sánchez esperaban que entrara en acción. Para su sorpresa, fiel a su formación, hizo lo que aprendió: empezó a balar y a dar saltitos antes de tirarse boca arriba y jugar con ellos.

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Miuty
Pitecantropus

—¿Has visto al gato, amor? —preguntó la mujer entre sollozos—. Desde ayer no lo encuentro por ningún lado.
—Sí, cariño, acabo de verlo por última vez en el sótano mientras le confería el estatus que le corresponde.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Que cumplí sus aspiraciones. Lo embalsamé y le di un funeral digno de deidad egipcia. Se lo merecía ese maldito animal engreído.
—No tienes corazón. ¿Cómo pudiste hacer eso?
—¿Cómo?, muy sencillo. Aproveché su curiosidad y glotonería. Puse un poco de pescado en el horno de microondas y... voilà. Ya transformado en difunto, lo demás fue fácil.

***

La ventana indiscreta
El puñal del godo

Distinguida vecina:

Me dirijo a usted para rogarle de manera encarecida que lleve a su cándida y fisgona mascota al veterinario o a una escuela de entrenamiento gatuno, a fin de que aprenda a no atisbar a los moradores de los espacios contiguos desde el alfeizar de su balcón, que, para infortunio de este servidor da a la ventana de mis aposentos.

Para mi desgracia, en múltiples ocasiones, feliz por los placeres del baño, salgo de la ducha canturreando y como dios me trajo al mundo. Me ruboriza descubrir la mirada tan inquisitiva del minino.

Con la seguridad de mis consideraciones, su muy pudoroso vecino.

La dama, después de mucho cavilar, le escribe una frase lacónica:

NO TENGO GATO

***

Estado de sitio
Isishayo

Era muy juguetón y cariñoso; la compañía ideal para alguien que vive en un sitio tan apartado. Aún extraño los sillones desgarrados y las marcas con lodo de sus patitas sobre el piso de la entrada antes de su desaparición, dos años atrás. Hoy las noticias no son alentadoras. Desde hace días, los rumores de desapariciones en la comarca y las huellas ensangrentadas de las enormes patas que veo alrededor de la casa me dicen que Tigrito ya volvió.

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Nunca digas nunca
Camaleón

Ayer me negaba a tener una mascota en casa, no solo por la responsabilidad que implica atenderla y cuidarla sino, también, por los destrozos que causan. Hoy no puedo resistirme a esa mirada impaciente, al verde amarillo de sus ojos, a esa pose de reina del Nilo ni al embrujo del roce de su piel contra la mía. Es inútil intentar llevarle la contraria. Uno de sus maullidos basta para doblegarme. No digamos un zarpazo. Por eso y por su paladar exigente, mañana le prepararé su platillo predilecto: salmón relleno de pechugas de codorniz. Yo tendré que conformarme con un emparedado de jamón.
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Día 20
Tallerista: José T. Espinosa-Jácome (“El último Abencerraje”)

Cuadrilla de limpieza
Héctor

Cierta vez que abrí la puerta en la mañana para que el gato saliera, una comitiva de gatunos lo esperaba en el patio. Observé que los guiaba hacia el establo, el cual se encontraba minado de trampas para ratones. Así que, empecé a revisarlas; me percaté de que ya se habían activado y solo quedaban manchas de sangre sin presa. Por eso concluí que el felino alimentaba a sus seguidores con carne saludable, libre del veneno que aplican mis vecinos para exterminarlos.
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Coordinación de la Marina 2022.
28 de June de 2022 / 03:21
MINIFICCIONES FINALISTAS DE MAYO DE 2022 28 de June de 2022 / 03:21
Coordinación de la Marina 2022.
 

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