Una pieza artística suele ser indefinible porque posee tantas lecturas como espectadores se adentren en sus arterias. Un conjunto de piezas artísticas, tal como concibió Monserrath Campos Sánchez su ¿Quién es Paola Vargas?, se torna inclasificable, pues si bien cada cuento evoca un mundo sórdido en donde el sexo le da movimiento a las diversas tramas, la autora, siempre en zona de riesgo, escribe una narrativa que navega en varios mares, desde la poética que, mediante metáforas, podría resultar literatura fantástica, hacia un tipo de realismo duro, directo y sin complacencias para sí o para los lectores. Y como no se trata de un cuentario efectistas, se le puede adelantar al lector que la protagonista que le da nombre a este libro, Paola Vargas, es, sí, una puta, pero también algo más, mucho más…
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