Siendo un género cuya vigencia está fuera de dudas, la farsa es también uno de los más antiguos, y aunque está presente en casi todos los periodos históricos de la humanidad, ha sido quizás el menos estudiado, el menos comprendido. Arrojada a los márgenes del arte, despreciada como manifestación baja por la cultura académica, la farsa ha vivido alegre y subversiva, despertando carcajadas irrespetuosas en las carpas populares, en los teatros de todos los pueblos del mundo, abrevando en las fuentes de una larga tradición que hunde sus raíces en el pasado más remoto.
Este ensayo se levanta como uno de los pioneros en Hispanoamérica para hacerle justicia al género. Dahlia Antonio indaga en sus remotos orígenes, nos revela cómo se fueron forjando las imágenes artísticas que han alimentado durante siglos la creación fársica, indaga cómo ha reído la farsa y se detiene en la exploración de algunas de sus manifestaciones en el teatro del siglo xx en América Latina.
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