La confinación forzosa los tomó desprevenidos. Aislados y sin poder salir por víveres, se vieron obligados a consumir en unos días lo poco que quedaba y pasar hambre los siguientes, en espera de la muerte o un milagro.

Mientras tanto, Ernesto aprovecha el tiempo con reparaciones pendientes en su hogar. Es buena terapia durante la cuarentena por la presencia del virus. Toma una brocha, la sumerge en el líquido amarillo y empieza a pintar la pared donde, días atrás, tapó y resanó un boquete con cemento. Adentro, los ratones brincan de júbilo. Aún tienen esperanzas de que los ruidos del exterior sean la urgente ayuda que necesitan.
Pseudónimo
08 de June de 2020 / 12:24
Daños colaterales 08 de June de 2020 / 12:24
Pseudónimo
Taller (Seleccionada) 11 de June de 2020 / 10:31
Tequila
¡Gracias! 11 de June de 2020 / 14:54
Pseudónimo
 

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