Despierto con la sensación de escalofríos recorriendo mi cuerpo, no se donde estoy, la oscuridad no me permite distinguir nada pero puedo sentir gente temblar a mi alrededor. Una chica solloza a mi lado y aunque no tengo idea de quien es tomo su mano.
La puerta se abre de un portazo mientras una mujer vestida de negro, con tez pálida y mirada fría entra en la habitación. Abre las persianas haciendo que la luz del exterior queme mis ojos, tardo un poco en acostumbrarme pero por fin logro ver donde estoy. Hay aproximadamente quince personas en la habitación, todos lucen confundidos y prácticamente puedo respirar su miedo.
La mujer aclara su garganta y dice:
- Bienvenidos, aquí es donde iniciarán su entrenamiento. El virus ha terminado de destruir todo. Si sobrevivieron es porque son los elegidos para hacer las cosas bien. El mundo está en sus manos