Animadversión estival
Abrir un negocio en verano me ha llevado siempre al fracaso. Me ocurrió en aquella ocasión en la que, después de estudiar el mercado durante meses, abrí en julio y no vendí ni uno de mis radiadores. También con una tienda en plena zona prime, doce semanas viendo cómo la competencia se hacía de oro, yo inauguré en agosto y no vendí ni una de mis bufandas. Esta vez lo he planificado logísticamente, todo es perfecto, pero lo mejor: abriré en noviembre. Me quitarán las sombrillas de las manos.
manlyf
16 de July de 2020 / 13:04
16 de July de 2020 / 13:04
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