Tras lo que hizo, temblaba en su lecho de muerte por el terror que le causaba imaginarse el infierno donde ciertamente iría, pero las sacudidas de su cuerpo no alborotaban ni la mínima pizca de arrepentimiento. Sabía que si pudiera regresar el tiempo, lo haría de la misma forma o aún peor. Su esencia se desprendió del cuerpo transformándose en otro ser, en otro organismo, cambiando todo menos su rencor por los ancianos.
No había un cielo,
Ni un infierno,
Reencarnación encontró en su muerte.
Nunca se imaginó que siendo tan pequeña como lo es un virus, mataría muchísimo más que como persona.
Kras Quintana
02 de September de 2020 / 18:00
La Mataviejitas 02 de September de 2020 / 18:00
Kras Quintana
Taller 07 de September de 2020 / 15:41
Fernando
 

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