Relata mi abuelo que después de haber vivido la experiencia de ver aquel Aleph –esa maravilla incomprensible donde cabe el universo entero– por la que un amigo confesó haber pagado una fortuna, quedó sorprendido y sin palabras para describirlo. Cuenta que esa vivencia le dejó una honda impresión y le hizo sentir una envidia profunda e insana, y desprecio por el poseedor de aquella joya. Pero el tiempo todo lo cura y meses después el sentimiento desapareció, cuando él tuvo la oportunidad de conseguir su propio televisor a color.
Pseudónimo
04 de October de 2020 / 13:17
Omnis universum 04 de October de 2020 / 13:17
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Omnis Universum (versión corregida) 04 de October de 2020 / 14:42
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Taller 07 de October de 2020 / 08:43
Marcial Fernández
Hola, Marcial 07 de October de 2020 / 16:57
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Seleccionada 08 de October de 2020 / 11:15
Marcial Fernández
Ok, gracias... 09 de October de 2020 / 14:26
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