Posdata del trece de junio de 1986. Cuarenta y tres años después de la primera posdata que escribí a los cuarenta y tres de edad, me atrevo a revelar algo más que aquella maravilla me permitió ver. Por temor de que fuera cierto o por la ilusión de su falsedad –no lo sé, por causa de la coincidencia– lo mantuve en secreto para propios y extraños, hasta casi olvidarlo. Una vida más ha transcurrido desde esos ayeres. Otra, diferente o renovada quizás, que me llevó por sendas diversas, bellas y coloridas, tortuosas en ocasiones, hasta este punto, donde ciego y a una jornada del fin del recorrido, veo que se abre un horizonte nuevo, inmenso, luminoso.

Cambiará el universo pero yo no, pensé con melancólica vanidad en cierto momento en esos días, luego de haber visto mi final en un calendario colgado en la pared. Me equivoqué. Sí, todo cambia. La vista se fue después de ver tanta maravilla, el tiempo transcurrió más rápido que mis pasos, la vida terminó de deshilacharse de tanto usarla y para mañana estaré flotando, como uno más de los que disfrutaron de su estancia en este apartado rincón del universo, en la diminuta inmensidad encerrada en los misterios del Aleph que, por lo visto, me dio una segunda oportunidad.
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05 de October de 2020 / 11:49
Texto inédito 05 de October de 2020 / 11:49
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Comentario de Daniel Frini 17 de October de 2020 / 19:36
Daniel Frini
 

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