Él debía juzgar un texto que hablaba de un crepúsculo que, en Querétaro, reflejaba el plateado brillo de un río en Buenos Aires sobre la Sabana de Bogotá y de la experiencia de Borges, un argentino con sangre anglosajona, española, portuguesa y tal vez uruguaya que vivió en Argentina, Suiza y España, visto a través de los ojos de un mexicano con aspiración cosmopolita. Era un intercambio basado en la riqueza y versatilidad del lenguaje que compartían y sus significados y que discurría sobre los microcosmos que se entrelazan como un fractal interminable que se expanden de la nada al infinito; de la visión de un universo que contiene todos los tiempos y lugares, todas las caras, todos los números y lenguas; la luz y la oscuridad. A medida que transcurría, la discusión dejaba al descubierto ojos inmediatos escrutándose en el otro como en un espejo hasta que ocurrió el milagro. Tal conversación fue posible gracias a los puentes intemporales que los unían, edificados sobre los sólidos pilares que, desde siglos, se han construido con letras y símbolos como materia prima.
Serpico
14 de October de 2020 / 17:12
Puentes de luz 14 de October de 2020 / 17:12
Serpico
Puentes de luz (favor de considerar esta versión) 14 de October de 2020 / 23:05
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Taller 17 de October de 2020 / 08:11
Mónica Brasca
 

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