Sel. día 6: "La limpieza", de Hechicero
"La limpieza", de Hechicero
Nada me hubiera preparado para eso: limpiar la casa de mis padres muertos. Me armé de valor, escoba, cloro, trapeador, cajas de cartón, bolsas de basura, paciencia y un fin de semana largo para la tarea. Los accidentes no dejan decir un buen adios, no en la morgue, no en la funeraria. La última cena familiar se me confunde con otras más, con sus evasivas, sus lugares comunes, con la vergüenza de no poder compartir con ellos mi vida sentimental.
Entré en el dormitorio y admiré la coquetería senil de los afeites y ajuares de mamá, tan dama ella toda la vida. En el estudio se ve todavía la pulcritud marcial de papá, académico de pies a cabeza, su legado de libros escogidos y preservados con cuidado, y entre ellos, casi escondidos, un puñado de libros que rompían con la temática de todos los demás: “La experiencia homosexual”, “Una historia natural de la homosexualidad”, “Masculino y femenino” y otros más, subrayados, ajados de tanto leerse.
Rompí a llorar, lamenté lo poco que me había abierto a ellos en los últimos años, apenas descubría lo mucho que habían hecho por entenderme a mí. No puedo decirles adiós todavía. Pasaré más tiempo del previsto en este lugar, con la determinación de despedirme mejor, de conocerlos por fin.
Nada me hubiera preparado para eso: limpiar la casa de mis padres muertos. Me armé de valor, escoba, cloro, trapeador, cajas de cartón, bolsas de basura, paciencia y un fin de semana largo para la tarea. Los accidentes no dejan decir un buen adios, no en la morgue, no en la funeraria. La última cena familiar se me confunde con otras más, con sus evasivas, sus lugares comunes, con la vergüenza de no poder compartir con ellos mi vida sentimental.
Entré en el dormitorio y admiré la coquetería senil de los afeites y ajuares de mamá, tan dama ella toda la vida. En el estudio se ve todavía la pulcritud marcial de papá, académico de pies a cabeza, su legado de libros escogidos y preservados con cuidado, y entre ellos, casi escondidos, un puñado de libros que rompían con la temática de todos los demás: “La experiencia homosexual”, “Una historia natural de la homosexualidad”, “Masculino y femenino” y otros más, subrayados, ajados de tanto leerse.
Rompí a llorar, lamenté lo poco que me había abierto a ellos en los últimos años, apenas descubría lo mucho que habían hecho por entenderme a mí. No puedo decirles adiós todavía. Pasaré más tiempo del previsto en este lugar, con la determinación de despedirme mejor, de conocerlos por fin.
el aguila descalza
02 de March de 2017 / 02:58
02 de March de 2017 / 02:58
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