–Si no hay pista de la víctima ni del asesino, me parece que se trata de un crimen perfecto. Será un caso complicado, Sherlock.
–No lo creo, Watson.
–Tampoco hay un arma ni móvil a la vista. Aún menos una escena del crimen.
–No veo que sea un problema. Por el contrario, eso aclara las cosas.
–¿En qué te basas?
–En lo que Baudrillard afirma que dijo Eric Gans. Que la víctima y el asesino son la misma persona.
–Vaya, un suicidio. No había pensado en eso. Sin embargo, debería haber un cadáver, ¿no crees?
–Nunca mencioné tal posibilidad. Se trata de un desafortunado accidente, producto de la curiosidad o de la ceguera. Tal vez de la ilusión de encontrar la verdad.
–No entiendo.
–En algún momento –bastante antiguo e impreciso, por cierto– la realidad, al tratar de entender el misterio de la existencia y de mirarse a sí misma en el espejo de la vida se precipitó al vacío, hacia la nada, y cayó en los dominios de la incertidumbre. Ahí jamás se encontrará algo concreto; solo dudas y conjeturas. A lo mucho, huellas indescifrables de un crimen que nunca existió.
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17 de January de 2021 / 20:34
Pesquisas 17 de January de 2021 / 20:34
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tallereo 1 28 de January de 2021 / 00:22
carlos martín briceño
Excelente. Muchas gracias y saludos 29 de January de 2021 / 12:23
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