SELECCIÓN 19 DE ENERO PAOLA TENA
SELECCIONADOS 19 ENERO
Visita a la casa de Asterión - Pitecantrepus
Cada vez que accedía a las redes sociales tenía la misma sensación. Era como ingresar a la casa de los espejos, donde su faz se multiplicaba en todas direcciones ad nauseam. Le pareció estar perdido en un laberinto, como el de Creta. Ante el panorama desolador, creyó por momentos que la realidad había muerto. Luego comprendió que estaba recluida ahí, como Asterión, en esa casa donde “cualquier lugar es otro lugar”, atemorizada por “las caras desconocidas y planas como la palma de la mano”, prisionera de las pretensiones y el narcisismo de quienes habitaban en aquellos rostros vanidosos, a la espera de la ineludible llegada de Teseo, su asesino, cuyos pasos ya se oyen a lo lejos.
Frágil construcción - Black Dot
Un copo de nieve la deriva empujado por el viento helado se funde con otros y forma una manta de cristal que se teje hacia la inmensidad. Pienso en las manos de Penélope bordando, con infinita paciencia, la mortaja de Laertes. Así de un milenio atrás llega la lúgubre prenda a mi vida triste. De la misma forma, al concluir esta historia, el invierno habrá llegado a su fin y el inmaculado sudario será derretido como mi insoportable realidad.
La sombra del hermano - Simbad
Cuando me vi asediado, descubrí la forma de evadir a mi perseguidor quien, mediante intervención telefónica, reconocimiento facial, rastreo en la banca y otros artilugios, controlaba mi vida. Fui a vivir al campo, me alejé de cualquier artefacto tecnológico, charlé de viva voz con las personas, les di abrazos, lloré y reí con ellas mientras comíamos en la misma mesa. Cultivé hortalizas, pagué mis cuentas en efectivo y al caer el sol escuchaba los sonidos de la noche. De paso, también me descubrí a mí mismo.
Apariencia y realidad - Bebé
Sintió gran atracción por esa joven desde que la vio en Facebook. Se hicieron amigos, intimaron y surgió el romance. Se decían palabras cariñosas, se mandaban mensajes sugerentes a todas horas, hasta que surgió la imperiosa necesidad de reunirse. Tuvo que ser honesto el día que ella pidió verlo. No pudo más y le confesó que era un viejo solitario y endeudado en busca de aventura. Ella también se sinceró y declaró su edad real, pretensiones y su condición de abandono. Aclarado el punto, acordaron que su amor iba más allá de todo eso y que podrían vencer los escollos. Solo había que superar dos para realizar su sueño: ella estaba recluida en una institución psiquiátrica en Santiago de Chile, mientras que él no vivía en Valparaíso, sino un poco más lejos, en Tijuana, en arresto domiciliario acusado de fraude.
Entre Paz y Braudillard - Gesel van God
Después de leer “El laberinto de la soledad” que habla de la simulación como recurso para sobrevivir y “El crimen perfecto”, que la aborda desde una perspectiva más universal, Descartes se quedó pensativo frente a la ventana. Concluyó que su deducción se había quedado a mitad del camino. Debía ser algo como “Miento y simulo. Entonces existo, por lo tanto, pienso". Encogió los hombros, simuló no haberlo notado y tras empuñar la pluma, se concentró en la escritura de su bestseller que se llamaría "El recurso del método".
Visita a la casa de Asterión - Pitecantrepus
Cada vez que accedía a las redes sociales tenía la misma sensación. Era como ingresar a la casa de los espejos, donde su faz se multiplicaba en todas direcciones ad nauseam. Le pareció estar perdido en un laberinto, como el de Creta. Ante el panorama desolador, creyó por momentos que la realidad había muerto. Luego comprendió que estaba recluida ahí, como Asterión, en esa casa donde “cualquier lugar es otro lugar”, atemorizada por “las caras desconocidas y planas como la palma de la mano”, prisionera de las pretensiones y el narcisismo de quienes habitaban en aquellos rostros vanidosos, a la espera de la ineludible llegada de Teseo, su asesino, cuyos pasos ya se oyen a lo lejos.
Frágil construcción - Black Dot
Un copo de nieve la deriva empujado por el viento helado se funde con otros y forma una manta de cristal que se teje hacia la inmensidad. Pienso en las manos de Penélope bordando, con infinita paciencia, la mortaja de Laertes. Así de un milenio atrás llega la lúgubre prenda a mi vida triste. De la misma forma, al concluir esta historia, el invierno habrá llegado a su fin y el inmaculado sudario será derretido como mi insoportable realidad.
La sombra del hermano - Simbad
Cuando me vi asediado, descubrí la forma de evadir a mi perseguidor quien, mediante intervención telefónica, reconocimiento facial, rastreo en la banca y otros artilugios, controlaba mi vida. Fui a vivir al campo, me alejé de cualquier artefacto tecnológico, charlé de viva voz con las personas, les di abrazos, lloré y reí con ellas mientras comíamos en la misma mesa. Cultivé hortalizas, pagué mis cuentas en efectivo y al caer el sol escuchaba los sonidos de la noche. De paso, también me descubrí a mí mismo.
Apariencia y realidad - Bebé
Sintió gran atracción por esa joven desde que la vio en Facebook. Se hicieron amigos, intimaron y surgió el romance. Se decían palabras cariñosas, se mandaban mensajes sugerentes a todas horas, hasta que surgió la imperiosa necesidad de reunirse. Tuvo que ser honesto el día que ella pidió verlo. No pudo más y le confesó que era un viejo solitario y endeudado en busca de aventura. Ella también se sinceró y declaró su edad real, pretensiones y su condición de abandono. Aclarado el punto, acordaron que su amor iba más allá de todo eso y que podrían vencer los escollos. Solo había que superar dos para realizar su sueño: ella estaba recluida en una institución psiquiátrica en Santiago de Chile, mientras que él no vivía en Valparaíso, sino un poco más lejos, en Tijuana, en arresto domiciliario acusado de fraude.
Entre Paz y Braudillard - Gesel van God
Después de leer “El laberinto de la soledad” que habla de la simulación como recurso para sobrevivir y “El crimen perfecto”, que la aborda desde una perspectiva más universal, Descartes se quedó pensativo frente a la ventana. Concluyó que su deducción se había quedado a mitad del camino. Debía ser algo como “Miento y simulo. Entonces existo, por lo tanto, pienso". Encogió los hombros, simuló no haberlo notado y tras empuñar la pluma, se concentró en la escritura de su bestseller que se llamaría "El recurso del método".
Paola Tena
31 de January de 2021 / 14:07
31 de January de 2021 / 14:07
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