Testigo mudo
De niños, después de la escuela, siempre se escapaban para ir a jugar al árbol grande. Que a las escondidas, que a subir más alto; que a la roña entre las ramas. Al paso de los años, la inocencia de sus juegos también fue cambiando. Él se convirtió en un hombre grande y fuerte. Ella, en una mujer linda, frágil. Por ser varón y tener más poder, se sintió con derecho a forzarla. Una astilla con punta aguda fue suficiente para gritarle que no era así. A la primera embestida, ella se la enterró en la yugular.
Corteza de roble
08 de February de 2021 / 18:37
08 de February de 2021 / 18:37
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