Gourmet
Mi empleo era arduo y el mísero sueldo me obligaba a trabajar un segundo turno. Por las noches limpié las calles de todas las porquerías que encontraba al paso por un salario de muerte. Sobrevivía gracias a que a veces me topaba con cosas valiosas: joyas, carteras, celulares y relojes finos. Hasta automóviles rescaté entre tanta inmundicia. Eran apropiaciones legítimas después de que sus dueños perdieron la capacidad y el derecho para reclamarlas. Aunque suene contradictorio, también se vieron privados del ojo izquierdo. Descubrí que al cocinarlos en un caldo con verduras y hierbas aromáticas eran una delicia. Esos pequeños lujos le daban sentido y sabor a mi vida. Por su parte la demanda en el mercado negro de córneas, riñones, hígado y corazón como refacciones me sacó de la pobreza.
Basilio
21 de April de 2021 / 00:00
21 de April de 2021 / 00:00
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