Dicen que cada tercera generación se repite algún rasgo de nuestros antepasados. Yo no soy atractiva ni bonita. Mi esposo va de fiesta en fiesta diciendo que el desciende de esta nacionalidad y aquella, una mezcla que lo hace sentirse especial. Dice que sus abuelos llegaron en un bote a este país y se establecieron como haciéndole un favor a la patria. Yo me casé con él porque quería mejorar mi estirpe, pero triste ha sido el resultado. Mis hijos heredaron de sus antepasados más remotos. Parece que en lugar de una cigüeña me los han traído en una máquina del tiempo directo de la prehistoria.