Por más intentos que hacía, el robot no lograba comprender qué era la muerte. Mucho menos la razón de morir. Consultó a un antiguo maestro para que le explicara y resolviera sus dudas.
—Es muy sencillo —le dijo—. Es un concepto de mercadotecnia y economía de mercado. La muerte en los humanos es el equivalente a la obsolescencia planeada en automóviles, televisores, computadoras, celulares... y robots. ¿Te suena?