Verlo flotar en mi bañera, chapucear con él y oír su “cuac cuac” cuando era estrujado por mi abuela, me extasiaban cuando niño. No había dicha igual, era como bañarme con el Pato Donald. Ahora, como ya no está mi vieja y como no tengo tina, al salir del trabajo siempre llevo mi patito de goma a piscinear conmigo, pero no lo saco de solo pensar qué dirán los demás.
esleongo
01 de June de 2017 / 09:44
Mi juguete 01 de June de 2017 / 09:44
esleongo
Taller 06 de June de 2017 / 07:05
Elisa A.
 

Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.