Salió a trotar como todas las mañanas. A unos pasos de llegar a la cima de la colina, donde solía descansar un rato y admirar el paisaje antes de emprender el regreso, sintió un enorme cansancio y empezó a faltarle el aire. Dos metros más adelante se desplomó. Por su cabeza cruzaron los peores pensamientos y malos augurios. Supuso que su fin había llegado.

De pronto, el cielo se estremeció y una ronca voz omnipresente exclamó:
—Tiempo transcurrido. Para continuar, deposite otra moneda.
Papadzul
01 de April de 2022 / 06:31
Time is money 01 de April de 2022 / 06:31
Papadzul
Taller 14 de April de 2022 / 01:09
Carmen Simón
 

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