El oasis
Al filo de la medianoche del caluroso martes, los segundos lo acosaban como feroces mosquitos y los minutos eran un enjambre de avispas que lo perseguía. Entretanto, un resplandor zigzagueante, surgió de la nada en medio del aire. Por un momento le pareció que se trataba de un relámpago, pero permaneció ahí, a unos metros, estático y sin extinguirse, por varios minutos. Se acercó temeroso y, al hacerlo, se expandió, dejando abierta una suerte de grieta. La curiosidad lo empujó a pasar a través de ella, y una vez del otro lado, cesó el acoso. Sintió una tranquilidad inusual y, antes de ir a la cama, encendió la radio.
—Buenos días, queridos y desvelados radioescuchas. Son las cero horas con un minuto. Sean ustedes bienvenidos a nuestro espacio radiofónico, un oasis fresco y maravilloso entre las dunas de la áspera temporalidad donde, con música, noticias y diversión, los acompañaremos durante los siguientes veinticuatro millones de horas de este venturoso márcoles doce y medio de abril de 2022. Esperamos que disfrute con nosotros este esplendoroso día que apenas comienza.
—Buenos días, queridos y desvelados radioescuchas. Son las cero horas con un minuto. Sean ustedes bienvenidos a nuestro espacio radiofónico, un oasis fresco y maravilloso entre las dunas de la áspera temporalidad donde, con música, noticias y diversión, los acompañaremos durante los siguientes veinticuatro millones de horas de este venturoso márcoles doce y medio de abril de 2022. Esperamos que disfrute con nosotros este esplendoroso día que apenas comienza.
Papalotl
13 de April de 2022 / 13:50
13 de April de 2022 / 13:50
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