Aquellas dos hermanas tienen un gran parecido y, a la vez, profundas diferencias de carácter.. La primera reconoce el lazo que las une, aunque se avergüenza de ello, en tanto que la segunda, más descarada, lo niega; afirmando no conocer a su hermana, acusándola de impostora o asegurando que que es su madre, su hija, una prima o tía lejana, Por sus semejanzas, a veces bellas y atractivas, complacientes o aún desaliñadas, es fácil para los hombres confundirlas y ser causa de discordia, desacuerdos y peleas. Habrá que resignarse. Esa es su naturaleza; y así serán por siempre, porque resulta imposible que Verdad y Mentira lleguen algún día a cambiar