Una mirada al oriente
Mi jefe era todo un experto cuando se trataba de despedir a un empleado. Observándolo por varios años aprendí su técnica, que constaba de hasta nueve opciones, desde un cordel o un cuchillo hasta una ametralladora. El día que cometí un error me citó en un lúgubre callejón, y después de un breve intercambio de miradas, descubrí de pronto que había perdido la cabeza y se iba al infierno sin despedirse. Sorprendido de mi poder de disuasión, enfundé mi katana convertida en la décima alternativa, y bajo la complaciente mirada de la luna, caminé entre el vaporoso aliento citadino hasta zambullirme en el bullicio insomne de aquel noctámbulo barrio.
Pancho Sanza
17 de August de 2022 / 15:37
17 de August de 2022 / 15:37
Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.