Desde hace una semana sueña con una fábrica abandonada y escucha quejidos. Al fin, después de la misma escena onírica, ve un nombre despintado en el viejo edificio. Lo busca por internet y, al encontrarlo, crece el misterio, su ánimo se inquieta y decide ir a esa dirección. Al llegar al lugar halla un par de cadáveres putrefactos envueltos en plástico. Luego oye los quejidos de una persona y se dirige hacia ellos: encuentra a una mujer amarrada a un poste con cinta adhesiva en la boca. La desata y, al oir pasos, le dice que huya y él se esconde detrás de unos barriles. Un tipo lo sorprende y le apunta con una pistola, le pregunta dónde está la chica y él, al no responder, el sujeto lo amarra al poste y deja un reloj con la alarma a cierta hora, le tapa la boca con cinta adhesiva y luego sale a rastrear a la muchacha en ese lugar desértico, dejando al rescatista con la esperanza de que alguien lo sueñe a él.