VENUS CALIPIGIA mejorado
Siendo agalmatofílico, como demuestra mi certificado, entenderá de mi pasión por el arte, por eso y estando en Nápoles no pude evitar una visita al Museo Arqueológico.
Estaba casi vacío, el vigilante sentado, dormitaba apoyado en la pared, el calor del verano y la visión de tantos cuerpos desnudos marmóreos, donde se reflejaban los rayos rojizos del sol que entraban a través de las persianas, me puso en estado de excitación, me desnudé y como un Príapo locuelo, fui saltando de un grupo escultórico a otro. Di por culo, metafóricamente hablando a un Hércules musculado, me situé entre las tres Gracias y me hice un selfie y luego le metí el pito en la boca a una Bacante.
Me volví y al otro lado de la sala estaba ella, sola, de espaldas pero me miraba a mí, tenía el peplo recogido dejando sus nalgas, prodigiosas, al descubierto. Me acerqué y besé su culo, el culo de la Venus Calipigia más maravilloso que hubiera contemplado.
Me subí al pedestal y besándola en la boca mientras la abrazaba, apoyé mi miembro entre sus nalgas y mis secreciones lustraron el frío mármol pudiendo entonces moverme arriba y abajo. Mi deseo creció y embestía cada vez con más fuerza, tanta, que al correrme, caímos los dos, ella rota y yo mojado y al estropicio que se formó acudió el guardián adormilado y un grupo de niñas de colegio con su profesora.
Espero que sepa perdonarme, Señoría
Estaba casi vacío, el vigilante sentado, dormitaba apoyado en la pared, el calor del verano y la visión de tantos cuerpos desnudos marmóreos, donde se reflejaban los rayos rojizos del sol que entraban a través de las persianas, me puso en estado de excitación, me desnudé y como un Príapo locuelo, fui saltando de un grupo escultórico a otro. Di por culo, metafóricamente hablando a un Hércules musculado, me situé entre las tres Gracias y me hice un selfie y luego le metí el pito en la boca a una Bacante.
Me volví y al otro lado de la sala estaba ella, sola, de espaldas pero me miraba a mí, tenía el peplo recogido dejando sus nalgas, prodigiosas, al descubierto. Me acerqué y besé su culo, el culo de la Venus Calipigia más maravilloso que hubiera contemplado.
Me subí al pedestal y besándola en la boca mientras la abrazaba, apoyé mi miembro entre sus nalgas y mis secreciones lustraron el frío mármol pudiendo entonces moverme arriba y abajo. Mi deseo creció y embestía cada vez con más fuerza, tanta, que al correrme, caímos los dos, ella rota y yo mojado y al estropicio que se formó acudió el guardián adormilado y un grupo de niñas de colegio con su profesora.
Espero que sepa perdonarme, Señoría
TARAS VULVA
10 de August de 2017 / 11:01
10 de August de 2017 / 11:01
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