Cuando desperté el dinosaurio todavía estaba allí, mirando y esperándome. Lo abracé, le di un poco de leche, desayuné y salí a pasear con él, como cada día. Abandonamos la ciudad, nos bañamos en el Lago de Barlino, paseamos por el Bosque de Jon Malien en el País de Carlián y visitamos a nuestros amigos de la Aldea de Fardicel. A la vuelta Dino tuvimos que evitar el Ejército de los Cruzados, superar el fuego inextinguible de los Campos Desolados, y entrar en la ciudad, asediada por los Caballeros de la Cruz Alzada, para volver a casa. En la puerta me esperaba mi tío Augusto, que deseaba escribir un libro.
Años más tarde me llegó la edición impresa de sus obras y me sentí muy decepcionado, solo había escrito el principio de la historia.
Crispín
01 de October de 2017 / 12:30
La ficción no siempre supera a la realidad 01 de October de 2017 / 12:30
Crispín
Taller 01 de October de 2017 / 16:11
Elisa A.
El título es lo menos atrayente. 01 de October de 2017 / 13:31
Mrs. Martin
 

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