La calle se angosta, casi no puedo caminar entre la multitud. A lado y lado, los toldos atestados de trebejos y cachivaches no me dejan decidir qué es lo mejor para comprar. Una exótica diablilla lleva colgado sobe su fino cuello un asombroso collar entrelazado con tornillos y tapas de cerveza, y me atrae coquetamente invitándome a comprar de los mismos que lleva en una cesta. No puedo quitar la vista de su hermoso rostro y descubro en su belleza una deliciosa fuente para beber sin pausa. Sus ojos verdes me inyectan irreverentes deseos, y sus labios frescos y sensuales me inducen a desfogar una lujuria jamás alcanzada. Quedo en silencio, no sé qué decir, estoy embrujado. De pronto, alguien la llama; por el brillo de sus ojos, intuyo que es su hombre. Da la vuelta y se pierde entre la gente.
esleongo
17 de November de 2017 / 08:50
La feria 17 de November de 2017 / 08:50
esleongo
Por favor tener en cuenta esta versión. Gracias 17 de November de 2017 / 15:19
esleongo
Taller 21 de November de 2017 / 16:25
José Manuel Ortiz Soto
 

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