La mujer se tiró sobre el montículo de tierra y lloro amargamente. Se negaba a creer, aunque sabía que era cierto: su hijo yacía debajo de ella, muerto para siempre. Su esposo la trató de levantar, pero ella se revolvió de manera que la dejaran en paz. Llamaba el nombre del hijo, —Juan, contéstame mi niño, no me dejes con la palabra en la boca.
Las personas que asistieron al sepelio, al ver esto, sentían que el dolor desgarraba sus entrañas. Sobre la tumba, la mujer sus mejillas manchadas de lágrimas y tierra, se empeñaba en invocar a su vástago a sabiendas de que el silencio seria toda su respuesta.
Black Dot
12 de December de 2017 / 08:47
Adiós 12 de December de 2017 / 08:47
Black Dot
Sr. tallerista Por favor considerar esta versión 12 de December de 2017 / 10:35
Black Dot
 

Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.