“Lo sé todo de él,” había dicho ella en la reunión. “Claro que sí, mi amor”, le respondí. “¡Qué afortunados!, ¡qué envidia!, ¿Cómo le hacen?”, contestaban los compañeros en la reunión de reencuentro. La cháchara siguió: bebidas, presunciones y recuerdos caducos. Por fin llegó la hora de volver casa. “¡Qué divertido estuvo!, ¿Verdad, mi amor? Quien imaginaria que…”, “Sí, amor, sí”. Esperé hasta que se durmió, me desnude, me paré frente al espejó, no necesitaba ver mis carnes flácidas, sólo quería acabar. “Es tu turnó”, dije. El reflejo dio un pasó afuera y yo un paso dentro. A descansar.
Caim Reyes
19 de June de 2018 / 18:50
UN DÍA DIFÍCIL. 19 de June de 2018 / 18:50
Caim Reyes
 

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