Estamos irremediablemente enlazados. Una imagen opaca en un espejo oscuro y defectuoso. Todo lo que hago es una vileza. La suciedad me asfixia. Volteo a verla, le ruego que se marche, pero no hace caso. Me sigue, mudo testigo de mi inútil vida. Cuando mi jornada finaliza emprendo el regreso con la pestilencia de mis actos untada a la nariz. Llego a casa y cierro la puerta, Debajo de ella, a través de la rendija, mi sombra repta hasta lamer mis pies. Oscura se yergue frente a mí, se repliega en mi interior con total fatalidad.