Presagios, de Black Dot
Vi el anuncio en la ventana y toqué a la puerta. ¿Qué quieres que te lea? preguntó, con voz profunda y misteriosa, una mujer con aspecto de gitana. ¿El tarot, la baraja española o las cenizas del café?
Mire, le dije, solo he venido a dejarle esta carta de su casero. Sin ser adivino puedo vaticinar que, si no paga la renta atrasada antes del lunes, para fin de mes ya no estará viviendo aquí.
La mujer me miró con ojos llenos de furia y dijo: tú también pronto te mudarás a un lugar pantanoso.
Me marché sin darle más importancia al asunto. Hoy siento que la punta de mi lengua se bifurca y un color verde invade mis ancas.