El tenue sonido de la fina maquinaria les avisó que el robot empezaba a funcionar. Era el primer autómata que la iglesia compraba para estos fines. Con su lógica invencible la maquina explico a todos los feligreses que Dios era nada más que un producto de la imaginación, pero aun así les impartió el sermón del día. Los padres se marcharon a casa tranquilos, aun con la contradicción teológica del sacerdote eléctrico: por lo menos ahora sabían que, debido a la primera ley, nadie violaría a sus hijos.
Daniela Truman
01 de April de 2019 / 02:54
Selección del día 6: "Primera ley" de Black dot 01 de April de 2019 / 02:54
Daniela Truman
 

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