Los dos ladrones estaban agazapados tras unos arbustos en espera de que llegara Santa Claus para asaltarlo. Una vez que arribó y se apeó del trineo, lo abordaron.

—Entréganos todo lo que traes en el costal —dijo uno, mientras el otro lo amagaba con un cuchillo.

Santa Claus obedeció sin chistar y sacó de ahí dos pistolas Beretta 92 con las que logró someterlos. Luego sacó una cuerda y los ató a un poste.

—Incrédulos. Deberían saberlo, idiotas —les dijo mientras recogía su cargamento y se retiraba —. Este costal es mágico. Basta que piense en lo que quiero sacar de él y aparece de inmediato en mis manos. ¿Acaso nunca fueron niños?
Chemin de fer
12 de December de 2016 / 12:02
Regalos sorpresa 12 de December de 2016 / 12:02
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