Por fin, ha conseguido crear la máquina para viajar al futuro. Tarda exactamente una hora en avanzar 60 mintos en el tiempo. Qué titán. El avance es estéril porque transcurre dentro del artefacto, pero no seremos nosotros quienes le señalarán lo absurdo de su invento. Y él disfruta como un niño componiendo ese gesto épico cada vez que sale del habitáculo, como si estuviese recién regresado de las Termópilas.