De Lucía me enamoraban la sonrisa amistosa, aunque distante; la mirada acogedora refrenada por cierta altivez; aquella atención cortés que me concedía y nunca llegaba a satisfacerme. Todo cambió cuando sus ojos comenzaron a mirarme encandilados, sus oídos a beberse mis palabras con deleite y ella a buscarme con un ansia que era incapaz de disimular. Ahora yo soy su amor imposible.
Marjorie
16 de July de 2019 / 11:13
Flechas sin blanco 16 de July de 2019 / 11:13
Marjorie
TALLER 18 de July de 2019 / 04:55
José M. Nuévalos
 

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