Piel dura
Doña Manuela acaba de cumplir los ochenta y tres años. Tienen más de sesenta de dedicarse al negocio, primero como trabajadora y los últimos veinte como patrona. No es coincidencia el hecho de que sea ahora dueña. Así como la edad le ha ido despojando de la salud, la voluntad de seguir viva y cualquier dejo de empatía para sus prójimo. Ahora es dura, una costra de resentimiento. ¿Por qué se ha de sentir mal por lo que hace? Ella compra a las putas, las tiene aquí a la fuerza, pero solo hasta que se dan cuenta de que hay dinero en el negocio. Al menos las mujeres no tienen que pagar protección para que no les maten a sus criaturas. Ella, que no queria pagar protección, tuvo que ver morir a su hijo y darle gracias al policía que se lo mato.
Black Dot
03 de March de 2020 / 19:33
03 de March de 2020 / 19:33
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