Hasta el ultimo día
Don Beni se había cansado de trabajar. Sus pies recorrieron muchos kilómetros en su ruta diaria. Mucha gente recibió noticias de sus seres queridos de manos de él. Familias enteras que esperaban un mensaje de un familiar en otro país, la noticia del nacimiento de un niño, la invitación a la boda de una sobrina, la postal de una hermana. Siempre precedidas las misivas por sus pasos que arrastraba en el pavimento, lentos pasos de anciano que, a su edad, con esa vista y oído debió de haber estado ya en el descanso. Carajo a quien tengo que matar para salir de esta mierda, pensó don Benito, sin fijarse al cruzar la calle. Las cartas regadas en el piso como blancos pétalos arrancados del tallo de una flor que, como él, ya estaba marchita.
Black Dot
11 de March de 2020 / 21:44
11 de March de 2020 / 21:44
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