Luna menguante
Los ojos se le llenaron de nubes, unas cosas horribles que no la dejaban ver y tampoco permitían que uno contemplara sus ojos antes verdes. Poco a poco se fue encorvando y perdió su oído hasta que se convirtió en una isla en medio de nosotros. Abuela Luna es, en realidad, como un mueble que mi mamá, que ya esta fastidiada de cuidarla, saca de su cuarto por las mañanas y vuelve a arrumbar en la noche cuando la tiende en su cama y le hecha las cobijas en encima. Ahí se queda calladita, sus manos aferradas al doblez de la cobija. Entonces mi papá primero y después nosotros pasamos a darle un beso en sus arrugadas mejillas. Cada noche lo mismo, pensando que, quizás esta sea la última y, por fin se marche a alcanzar al abuelo al lugar donde ya no se envejece.
Black Dot
15 de March de 2020 / 07:49
15 de March de 2020 / 07:49
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