La vida iba y venía sobre Vincent como sus pinceladas sobre el lienzo. En veces fúnebre o llena de rabia lumínica, en ocasiones contemplativa y, en otras, violenta, como el tajo que cortó la existencia de la oreja, que sería el soplo de vida que ésta necesitaba para volverse inmortal en los autorretratos de van Gogh.
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09 de April de 2020 / 13:01
Vida e inmortalidad 09 de April de 2020 / 13:01
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Taller 14 de April de 2020 / 20:30
Lucía
Disculpa, pero 14 de April de 2020 / 20:48
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bebé 15 de April de 2020 / 05:47
Lucía
 

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