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El incidente del boxeador que corrió una suerte parecida a la suya en boca de un rival, le trajo viejos recuerdos a van Gogh. Luego pensó que, para evitar plagios y preservar sus derechos de autor, debería mandar inmediatamente un mensaje desde el más allá. Pero ya era tarde. Un grupo la secuestró un año antes, registró la marca y se hizo famoso a expensas de su oreja que se volvió música.
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11 de April de 2020 / 10:46
11 de April de 2020 / 10:46
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