De apéndices y pintores
Se abre la puerta del estudio. La artista trabaja frenética. Un pincelazo aquí otro allá. Se molesta cuando la modelo se mueve, la pose es tan importante para esta interprete de la belleza. No a ella no le gustan los paisajes ni las flores, nada de eso. Prefiere los desnudos; los brazos tensos como acero templado, las piernas musculosas de gladiador, los rostros angulosos. El modelo se pone de pie; está enamorado de la pintora. La sombra juega con su cuerpo, le da volumen a sus pasos. Le susurra, a la oreja, lo excitado que esta y la acaricia y la muerde y la lame. Y la oreja, deja la paleta de colores luminosos en un banco, y se deja llevara a la cama. El resto de la historia no lo sé.
Black Dot
14 de April de 2020 / 14:27
14 de April de 2020 / 14:27
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