Regalos griegos
Acompañada de un niño sucio y harapiento, Penélope lo persigue en busca de un aumento en la pensión del niño. Ella hace circular rumores en los bares y prostíbulos: “Es un mal padre, no tengo ni para la leche ni los pañales”. Y las piernas de las mujeres, incluso la aleta caudal de las sirenas, se cierra para el placer del esposo. Con tal de que se marche, él le ofrece ricos presentes. En Ítaca, vestida y enjoyada, Penélope recibe un caballo de madera. Dentro, en lugar de víveres, oro y vino, un regimiento de soldados con ordenes de acabar con los amantes de Penélope que consumen la manutención del niño.
Malvadisco
14 de March de 2017 / 20:43
14 de March de 2017 / 20:43
Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.