Gracias por el comentario, Paola. Lamento haberte distraído con esta digresión. En realidad se trataba de comentar, a manera de una mini con cierto sarcasmo, las dos participaciones anteriores a esta: una misma historia contada por dos "autores" diferentes. Soy más un lector que un participante. Ocasionalmente he tomado parte en el encadenado.

Pero ya que te tomaste la molestia, vamos a ver qué opinas de esto:

Como gotas de agua

Jamás me había ocurrido algo parecido durante uno de los tantos juicios orales a los que solía asistir entre el público. Dos hombres daban santo y seña del mismo asesinato hasta el más mínimo detalle y reclamaban su autoría. Debían estar locos para haberse atrevido a hacer algo así de cruel y confesarlo. No podía permitir que me arrebataran el crédito de lo que tanto esfuerzo me había tomado. El verdadero asesino era yo, nadie más y lo grité a voz en cuello. Cuando vi que el fiscal les daba una palmada en el hombro y les entregaba un sobre me di cuenta de que ya era muy tarde para retractarme. Ver socavado mi orgullo fue la gota que derramó el vaso.

Me gustaría de nuevo recibir tus comentarios. Tal vez me anime a participar más activamente.

Saludos