COMENTARIO DEL TALLER II
Buenos días Walter Ego,
Pues sí, te animo a participar, es divertido y además va una aprendiendo cositas y compartiendo. Me gusta más esta nueva forma de tu texto, porque es más aclaratorio, solo algunos detalles:
Jamás me había ocurrido algo parecido. Durante uno de los tantos juicios orales a los que solía asistir entre el público, dos hombres daban santo y seña del mismo asesinato (coincidiendo) hasta el más mínimo detalle, y reclamaban su autoría. Debían estar locos para haberse atrevido a hacer algo así de cruel (confesarlo no, porque distraes a quien lee del verdadero motivo del enojo del narrador, que es que le arrebaten la autoría). No podía permitir que me arrebataran el crédito de lo que tanto esfuerzo me había tomado. El verdadero asesino era yo, nadie más y lo grité a voz en cuello. Cuando vi que el fiscal les daba una palmada en el hombro y les entregaba un sobre me di cuenta de que ya era muy tarde para retractarme. (Ver socavado mi orgullo fue la gota que derramó el vaso. - quizá aquí esta última frase sobra porque como el objetivo del juez era obligar a l asesino a confesar, y ya estaba conseguido, cerrar con ese momento funesto de la confesión creo que lo redondea bien).
Espero que te sirva. Saludos!
Pues sí, te animo a participar, es divertido y además va una aprendiendo cositas y compartiendo. Me gusta más esta nueva forma de tu texto, porque es más aclaratorio, solo algunos detalles:
Jamás me había ocurrido algo parecido. Durante uno de los tantos juicios orales a los que solía asistir entre el público, dos hombres daban santo y seña del mismo asesinato (coincidiendo) hasta el más mínimo detalle, y reclamaban su autoría. Debían estar locos para haberse atrevido a hacer algo así de cruel (confesarlo no, porque distraes a quien lee del verdadero motivo del enojo del narrador, que es que le arrebaten la autoría). No podía permitir que me arrebataran el crédito de lo que tanto esfuerzo me había tomado. El verdadero asesino era yo, nadie más y lo grité a voz en cuello. Cuando vi que el fiscal les daba una palmada en el hombro y les entregaba un sobre me di cuenta de que ya era muy tarde para retractarme. (Ver socavado mi orgullo fue la gota que derramó el vaso. - quizá aquí esta última frase sobra porque como el objetivo del juez era obligar a l asesino a confesar, y ya estaba conseguido, cerrar con ese momento funesto de la confesión creo que lo redondea bien).
Espero que te sirva. Saludos!
Paola Tena
25 de April de 2021 / 05:17
25 de April de 2021 / 05:17
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