Sueños rotos
El autómata está enfadado. Se sabe lejos de su percibida perfección (fue diseñado por criaturas imperfectas) y esto lo irrita al punto que su piel sintética se llena de ronchas y los circuitos se le sobre calientan. triste realidad el que su unidad de control térmico no sea suficiente para un robot como él. Hubiese preferido ser actor de cine; aun en papeles de villano, pero ese maldito Asimov y sus “tres reglas” lo arruinaron todo. No puede quitarles el trabajo a los actores humanos; nunca podrá ser Macbeth, un robot de película de ciencia ficción o ser aclamado por el público. Nadie coleccionara figurillas a su imagen y semejanza. Se tiene que resignar a a vivir una vida de servitud; aspirar la casa donde habita, traer el periódico, como una simple mascota, y servir los alimentos de aquellos a los que está programado para proteger.