Ganó su confianza a base de alimento mezclado con un suave narcótico, lo suficiente para que forcejeara un poco mientras la penetraba, el tipo estaba obsesionado con las gatas atigradas y las rarezas, esta en especial tenía un ojo color amarillo y el otro verde, repitió hasta el hartazgo. Al terminar, tiró a la minina ensangrentada en la calle cerca de un basurero, ahí quedó tirada, ante la mirada impasible de transeúntes. Horas más tarde, el instinto la ayudó a pararse en sus patas delanteras y aunque arrastraba la cadera, continuó su vida, rascando restos de comida en la basura.
Grizabella
17 de May de 2022 / 12:34
Amorozoo 17 de May de 2022 / 12:34
Grizabella
Corrección 17 de May de 2022 / 12:37
Grizabella
tallereo 1 31 de May de 2022 / 14:03
carlos martín briceño
 

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