De ninguna manera, querida. Intento IV
Me dice si me voy acercando al objetivo, por favor. Me quedaré con Capone:
El gato de Al Capone
Albert, el hijo del gánster, siempre visitaba a su padre con un gato en brazos en uno de los sótanos donde almacenaban el contrabando en la ciudad de Chicago. El animal, una vez suelto, deambulaba por el lugar y bebía parte de numerosos whiskeys ingleses que goteaba de las barricas después de abrirlas y del que derramaba la clientela en la taberna clandestina del capo. Con el tiempo le fue tomando gusto. Cierta vez, los esbirros de Dean Charles, el archirrival de Al Capone, llegaron y lo sorprendieron con una balacera que dejó varios muertos, heridos y destrozos materiales. El felino y los ratones huían despavoridos, excepto los roedores embriagados que quedaban a mitad de camino como cuerpos caídos en batalla. Desde entonces, el gato ya no necesitaba cazar.
El gato de Al Capone
Albert, el hijo del gánster, siempre visitaba a su padre con un gato en brazos en uno de los sótanos donde almacenaban el contrabando en la ciudad de Chicago. El animal, una vez suelto, deambulaba por el lugar y bebía parte de numerosos whiskeys ingleses que goteaba de las barricas después de abrirlas y del que derramaba la clientela en la taberna clandestina del capo. Con el tiempo le fue tomando gusto. Cierta vez, los esbirros de Dean Charles, el archirrival de Al Capone, llegaron y lo sorprendieron con una balacera que dejó varios muertos, heridos y destrozos materiales. El felino y los ratones huían despavoridos, excepto los roedores embriagados que quedaban a mitad de camino como cuerpos caídos en batalla. Desde entonces, el gato ya no necesitaba cazar.
Héctor
25 de May de 2022 / 09:38
25 de May de 2022 / 09:38
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