El amuleto de la buena suerte
Vivía en lo alto de la atalaya desde donde veía arribar el barco con las provisiones para el monasterio de la isla. Se avergonzaba de su figura desgarbada y su gran pescuezo. Huraña y a la vez expectante, se escondía entre los pilares cuando observaba a la dama del barco ser acariciada por los marineros para obtener un viaje exitoso. "No era más que una cara bonita,,pensaba la criatura. Pero la suerte los abandonó, el día en que la tormenta inundó la cubierta. Ella voló y se situó en la proa. Abriendo sus fauces, drenó el agua que amenazaba con traerse a pique la nave. En recompensa, la tripulación puso, como mascarón del barco, a la gárgola.
Malvadisco
11 de September de 2018 / 23:59
11 de September de 2018 / 23:59
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