Repetición
Tras añadir unas gotas incoloras al postre, su esposo cayó en un profundo sueño que facilitó su huida. Por equipaje, llevaba apenas un bolso de espalda, una canastilla y dos boletos de autobús. En la ciudad, tenía un apartamento, una nueva identidad y un trabajo que le permitiría sobrevivir a ella y a su bebé. El niño en el cesto lloró y ella cantó una nana: “María, María, deja que el tiempo pase que ese llanto en santa palabra se convertirá”. Mientras el chiquillo se amamantaba, le hacía sangrar el seno como si la volvieran a golpear., como un anuncio que ella se negara a escuchar.
Malvadisco
20 de January de 2020 / 23:56
20 de January de 2020 / 23:56
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